Elecciones generales
Rajoy tuteló las reuniones para que el gallego no abandonase la política
La dirección nacional del Partido Popular no espera otra noticia del día de hoy que la confirmación por parte del presidente de la Xunta y presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, de que seguirá en política y volverá a optar a un nuevo mandato al frente de la Xunta.
La dirección nacional del Partido Popular no espera otra noticia del día de hoy que la confirmación por parte del presidente de la Xunta y presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, de que seguirá en política y volverá a optar a un nuevo mandato al frente de la Xunta. Cualquier otro pronunciamiento distinto de éste sería una «bomba» dentro de Génova por inesperado. Desde que Feijóo anunció que estaba valorando la posibilidad de dar un paso atrás, después de ocho años al frente del Gobierno regional, en el partido empezaron los movimientos para conseguir que el político gallego aguantase unas elecciones más ante la complejidad del escenario autonómico.
Las próximas elecciones autonómicas se presentan muy complicadas para el PP. Ahí está el espejo del «golpe» que recibieron en las pasadas municipales por la irrupción de las mareas, su verdadero adversario para los próximos comicios, y por las alianzas «contra natura» del PSOE con ellas para desbancar, «como fuera, al PP de todos los sitios posibles», argumentan desde las filas populares. Sin mayoría absoluta, el PP perdería la Xunta, uno de los pocos bastiones autonómicos que conserva tras las elecciones de mayo de 2016.
Las conversaciones sobre el futuro de Feijóo las ha tutelado personalmente Rajoy. Dada su estrecha relación personal, en este caso ningún otro miembro de la dirección nacional ha mediado en esta negociación, más allá de las conversaciones a título personal o por otras cuestiones de partido que hayan podido mantener. Pero el diálogo sobre el futuro político de Feijóo lo ha dirigido sólo el presidente del Gobierno en funciones. En Génova se mueven por intuiciones, sensaciones que han percibido o por conversaciones paralelas. Pero todo ha servido para que se instale la firme convicción de que no va a haber sorpresas y Feijóo «se sacrificará» por el partido asumiendo la responsabilidad de una nueva candidatura.
El presidente gallego había asumido el compromiso de estar sólo ocho años al frente de la Xunta. Y este compromiso explica que haya abierto la discusión sobre su futuro. En un contexto en el que la situación nacional, ante la falta de Gobierno y el bloqueo político, había hecho que creciesen las especulaciones sobre su condición de «delfín» de Rajoy, en el caso de que el PP perdiese definitivamente el poder y tuviese que afrontar la transición a una nueva etapa y a un relevo en el liderazgo nacional. Sin embargo, el dirigente gallego acalló estas especulaciones al plantear que su debate no estaba en si seguir en Galicia o en dar ahora el salto a la política nacional, sino en si optar como alternativa a su carrera política por explorar el camino de la iniciativa privada. La presión de Rajoy y de su partido parece que ha pesado definitivamente para que Feijóo opte a un tercer mandato. La previsión es que lo anuncie hoy, en la Junta Directiva del PP gallego convocada para fijar el congreso extraordinario del que saldrá la maquinaria orgánica encargada de preparar la batalla electoral. Génova espera ese «sí» a su continuidad. Y también lo esperan en el partido en Galicia. También la oposición le da como candidato seguro. Una oposición en la que resalta la debilidad de los socialistas, descabezados por la dimisión de José Ramón Gómez Besteiro, que acumula 10 imputaciones judiciales por dos causas distintas. También hay diferencias entre Podemos y Anova, y ahí entra, asimismo, la crisis del BNG. Todo esto hace que, pese a que la situación no es cómoda, en el PP gallego crean que tienen a su alcance una nueva mayoría absoluta si juegan bien sus cartas, y tanto en Madrid como en Galicia están convencidos de que su mejor candidato es el actual presidente de la Xunta.
Una vez que se resuelva el futuro del PP gallego, todos los focos se pondrán en el calendario electoral. El presidente de la Xunta tiene la prerrogativa de adelantar los comicios, pero de haber elecciones generales tendría muy difícil explicar un adelanto que no hiciese coincidir las autonómicas con esas generales. Y en el PP no ven claro que la coincidencia les pueda beneficiar. El calendario nacional no encaja, al menos hasta ahora, con la carrera política de Feijóo.
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