Iglesias carga contra Rivera por su «tono agresivo» y «sectarismo»

Aliado y facilitador. Dos perfiles, dos partidos y un conflicto por quién se sentará a la derecha de Pedro Sánchez. En cualquier caso, la hipótesis que se descarta es el Gobierno tripartito –la llamada «vía del 199– que idealiza el líder del PSOE, debido a la incompatibilidad manifiesta que se profesan Pablo Iglesias y Albert Rivera. La incógnita que se debe despejar para evitar forzar una repetición de elecciones es quién saboreará las mieles del gobierno y quién las hieles de darle viabilidad. A priori, Ciudadanos es la formación que parte con ventaja para acompañar a Sánchez en su periplo presidencialista. El líder de la formación naranja tomó la delantera a Iglesias, a pesar de su exigua representación parlamentaria, en la implicación en la gobernabilidad y esa adecuada gestión de los tiempos puede ser decisiva ahora. El bloqueo en el que ha mantenido sumidas las negociaciones el líder de Podemos hasta la fecha puede restarle protagonismo en la ecuación de gobierno y aunque ahora exhibe una disposición óptima para el acuerdo, ésta choca con el veto de Ciudadanos. Cuando una puerta parece abrirse para Sánchez, otra se cierra y el líder del PSOE sigue atrapado en su laberinto hacia La Moncloa.

La animadversión de Rivera por Podemos es tal que prefiere concurrir a unas nuevas elecciones antes que tener que convivir en un Ejecutivo con Iglesias. El presidente de C’s desconfía de las nuevas maneras del líder de Podemos y el portavoz de la formación en el Congreso, Juan Carlos Girauta, avanzó ayer que Rivera no participará en «la campaña de sesiones fotográficas» de PSOE y Podemos. Si el líder de la formación morada trasladó a Sánchez la responsabilidad de una repetición de comicios, hizo lo propio con la presión a Rivera para que su gobierno a la valenciana comience a funcionar. Ayer en declaraciones a «La Sexta», un reconvertido Iglesias afeó al presidente de Ciudadanos su «sectarismo», acusándole de mantener una actitud «agresiva» y «maximalista» que únicamente persigue la repetición electoral. Y en este sentido, el líder morado aprovechó para advertir a Rivera de que, aunque las encuestas «casi siempre» dicen que Ciudadanos supera a la formación morada, «luego cuando los ciudadanos votan prefieren a Podemos». «Somos la tercera fuerza en España y Ciudadanos, a bastante distancia, es la cuarta», apuntó. Por todo ello, y por «responsabilidad de Estado», Iglesias reiteró a Rivera y a su partido «que rebajen el tono tan radical y agresivo de las últimas horas y se abstengan o apoyen» ese gobierno a la valenciana. «Nosotros creo que ya hemos cedido bastante», destacó, al tiempo que confesaba que el propio Sánchez durante su encuentro le reconoció que estaba «cediendo mucho» al renunciar a la Vicepresidencia. La fórmula que explora el PSOE para contentar a Podemos y granjearse su abstención es la introducción de «independientes» de prestigio vinculados con su proyecto, una propuesta que no acepta Iglesias, ya que aspira a realizar un control «desde dentro» del Ejecutivo socialista.

- Albert Rivera reaccionó al encuentro bilateral entre Sánchez e Iglesias imponiendo un nuevo veto a Podemos. «Unas elecciones anticipadas serían malas para España, pero hay una cosa peor, que es un mal Gobierno para España», destacó en relación a la eventual entrada de la formación morada en el Ejecutivo.

- Pablo Iglesias salió al paso de estas palabras criticando el «sectarismo» de Ciudadanos y la actitud «agresiva» y «maximalista» de Rivera, que, en su opinión, sólo persigue la repetición de elecciones. Una eventualidad ante la que Iglesias le recordó que C’s «casi siempre» obtiene peores resultados en las urnas que los que le otorgan las encuestas.