Iglesias ve difícil pactar con el PSOE tras su «no» a los cuatro grupos

Podemos mantuvo anoche hasta el último minuto su exigencia de que se vulnere el Reglamento del Congreso para que sus confluencias puedan contar con grupo parlamentario propio. «De no ser así, es evidente que entendimientos ulteriores serán muy complicados», dijo Iglesias refiriéndose al eventual apoyo de los diputados de Podemos a la investidura de Sánchez. Así lo dijo en una rueda de prensa celebrada ayer en Madrid junto a los que describió como «los portavoces de los grupos parlamentarios» de las confluencias. Todo parece indicar que Iglesias se ha apresurado a utilizar esa expresión, que la fórmula quedará en una declaración de intenciones y que tanto Xavier Domènech (En Comú - Podem) como Joan Baldoví (Compromís-Podemos-És el momento) y Alejandra Fernández (En Marea) no ostentarán la portavocía de grupo parlamentario alguno. Sin embargo el líder de Podemos se mantenía optimista sobre la posibilidad de que «se pueda llegar a un acuerdo a última hora» como sucedió con la investidura de Puigdemont e incluso se mostró abierto a negociar todos los demás aspectos relacionados con la mesa del Congreso. En palabras del propio Iglesias, «a nosotros el dinero no nos interesa. Estamos dispuestos a negociar sobre los tiempos de intervención». A media tarde el optimismo se había enfriado: «Parece que PP, Ciudadanos y PSOE han acordado repartirse la mesa del Congreso. Los 3 del búnker comienzan a cabalgar», decía en su cuenta de Twitter. Podemos «y sus fuerzas hermanas» finalmente contarán con una vicepresidencia en la Mesa, que ocupara la diputada por Toledo Gloria Elizo, y una secretaria, que estará a cargo de Marcelo Expósito, diputado por Barcelona perteneciente a En Comú y que se presentó a las generales en la lista de En Comú-Podem.

La lectura que hizo Podemos del acuerdo entre PP, PSOE y C’s para la composición de la Mesa del Congreso reitera la cantinela habitual del partido en la que se echa en cara al resto de fuerzas políticas su «inmovilismo» y su «enrocamiento» en la «vieja olítica». Frente al «búnker», Podemos representa «la sensatez» y el partido liderado por Pablo Iglesias espera que «el PSOE apueste por ella» para que se haga realidad «la voluntad de cambio que los ciudadanos han expresado en las urnas el pasado 20 de diciembre». Iglesias no aclaró cómo es posible que los ciudadanos hayan apostado por «el cambio» y, al mismo tiempo, hayan votado masivamente a los partidos del «búnker»: PP, PSOE y C’s.

Sea como fuere, durante la mañana de ayer, con su compañero catalán sentado a su izquierda, a Iglesias no le quedó más remedió que reiterar otra de las líneas rojas planteadas al PSOE para que Podemos apoye la investidura de Sánchez: el referéndum secesionista. Sin embargo esta vez el líder de Podemos llamó la atención sobre un hecho insoslayable: el PSOE fue partidario de una consulta en Cataluña hace no demasiado tiempo. «Lo que hemos puesto encima de la mesa no tiene nada de original. Es lo que decía el PSOE hace dos años. Es más, Podemos no entiende la negativa de Sánchez a la consulta independentista que propone Iglesias cuando «esto forma parte del ADN político del partido socialista». En definitiva, el secretario general de la formación de extrema izquierda emplazó a los socialistas a que pongan las cartas encima de la mesa: «Si el PSOE va a seguir la línea de Cebrián que lo diga. Nosotros estamos para defender a la gente y la justicia social». Para Podemos, el PSOE tiene que demostrar de qué lado está «con sus actos, no con viajes a Lisboa ni con retóricas que parecen cambiar según el día».