Presidencia del Gobierno
Pablo Iglesias «contraprograma» a Pedro Sánchez y le pone deberes
Recuerda al PSOE por segunda vez en 24 horas su debilidad parlamentaria y le pide no ser «arrogante».
Recuerda al PSOE por segunda vez en 24 horas su debilidad parlamentaria y le pide no ser «arrogante».
Tras quedarse, en contra de su voluntad, fuera del Gobierno de Pedro Sánchez, Podemos centrará su estrategia durante la presente legislatura en el Congreso de los Diputados. Tanto en su perfil más constructivo –con la intención de sacar adelante las medidas sociales que pueda «vender» como logros propios– como en su labor de oposición. «El Congreso va a ser una cámara de gobierno», dejó ayer claro Pablo Iglesias, secretario general de la formación morada, antes de presidir la reunión de su «ejecutivo en la sombra», una suerte de gabinete de expertos en distintas áreas desde el que fiscalizar los pasos que a partir de ahora dé el presidente Sánchez.
Los de Iglesias consideran que, sin responsabilidades de gobierno y, por tanto, con una responsabilidad limitada sobre los logros y errores de Moncloa, su capacidad de influencia sobre la agenda política pasa ineludiblemente por remarcar y dejar en evidencia la debilidad parlamentaria del PSOE para sacar adelante sus iniciativas.
«Hay que recordar que la España que ha echado a Rajoy no son los cinco millones de votantes del PSOE. Son también los cinco millones de Podemos y sus confluencias y los votantes catalanes y vascos que han sido determinantes», señaló ayer.
La construcción de un equipo monocolor y la elección de perfiles como el de Fernando Grande- Marlaska –al que ayer Iglesias definió como «un ministro del PP»– han abierto una brecha entre los dos partidos ante la que Iglesias, de momento, prefiere ser cauto. El líder de Podemos cree que aún es necesario dar unos «días de margen» a Sánchez aunque, como volvió a subrayar, tiene claros los errores que el nuevo Gobierno no debe cometer. «Quien ponga por delante los intereses personales sobre los del país, se estará equivocando»; «quienes no entiendan que los españoles han jubilado el bipartidismo, quien caiga en la arrogancia de que puede gobernar solo con el peor resultado de la historia de su partido, no estará a la altura»; «España hubiera necesitado un Gobeirno estable»; «tiene que asumir que en España hay división de poderes, y que está en una Cámara en la que cuenta con 84 diputados», fueron los avisos que Iglesias lanzó al secretario general de los socialistas.
El jueves, tanto Iglesias como la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso, Irene Montero, ya esbozaron una primera hoja de ruta con la que, a su juicio, Sánchez y su equipo deberían iniciar su gestión: modificación de algunas partidas del presupuesto de 2018 para atender a «urgencias sociales»; la reactivación de medidas de Podemos que fueron vetadas por el Gobierno de Rajoy como la vinculación de las pensiones con el IPC y los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles; el inicio de las conversaciones para el techo de gasto y el proyecto de presupuestos de 2019; y la exigencia a Bruselas para que permita a España un cumplimiento más relajado –a un ritmo más lento– de sus objetivos de déficit. Primeros deberes desde Podemos, a los que ayer Iglesias incorporó «tres grandes desafíos que van más allá del Gobierno», esto es, la «limpieza de las instituciones de corruptos», el desarrollo de medidas contras las «políticas neoliberales patrocinadas por la ''Troika''» y el diálogo y la gestión de la plurinacionalidad» de España. Si Sánchez cumple, advirtió Iglesias, «vamos a estar dispuestos a colaborar».
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