Política

Podemos

Iglesias presionará al PSOE con los pactos tras el 26-M

La estrategia es que Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón pasaran a ser de izquierdas

Carteles electorales de Unidas Podemos que en pocos días serán sustituidos por los de las europeas, autonómicas y municipales / Efe
Carteles electorales de Unidas Podemos que en pocos días serán sustituidos por los de las europeas, autonómicas y municipales / Efelarazon

La estrategia es que Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón pasaran a ser de izquierdas.

Entre la discreción y ganar tiempo. Es la estrategia con la que trabajan ya en Podemos para dar forma a un hipotético gobierno de coalición progresista con el PSOE. La formación dedica estos días posteriores a las elecciones generales a albergar una fórmula en la que sus pésimos resultados electorales sean clave -la llave- para convencer al presidente del Gobierno en funciones de virar hacia su formación.

Los de Iglesias son, a día de hoy, bastante escépticos con el futuro del Gobierno y no se cierran a la idea de que finalmente pacte un gobierno con Ciudadanos. Éste y el otro extremo -el del que el PSOE quiera gobernar en solitario- han provocado que Podemos pise el acelerador y dedique sus esfuerzos a elaborar «un programa de gobierno», para seducir a Pedro Sánchez, a la vez que comprometerle públicamente a -sí no acepta- explicar porque no articular un gobierno progresista.

Según ha podido saber este diario, dentro de este acuerdo programático, Podemos incluirá las medidas ya negociadas y actualizadas que versan en el acuerdo al que llegaron con los socialistas para dar luz a los Presupuestos. También llevarán a los socialistas medidas programáticas de gran calado social. Para las conversaciones en privado se reservan la colocación de los suyos en puestos clave. La número dos de la formación, Irene Montero, ya deslizó nombres como el de Pablo Iglesias, Pablo Echenique, Yolanda Díaz o el de Rafael Mayoral, unos perfiles de acreditada solvencia para posibles ministerios. Este es el punto que más desean en Podemos, y descartan la posibilidad de acceder a cargos más técnicos o a la posesión de direcciones generales con color morado dentro del Gobierno socialista. También rechazan la estrategia que ronda en el PSOE, como adelantó este diario en su edición de ayer, de incluir perfiles independientes pero manteniendo un gobierno en solitario.

La formación trata de esta manera -con el «acuerdo de gobierno»- de blindar a su líder que acusa la pérdida de 1,5 millones de votos en las urnas. La idea de que sus propios militantes siembren dudas sobre su liderazgo sobrevuela en la formación, mientras que la cúpula del partido cierra filas con Pablo Iglesias. Podemos es consciente de que no puede permitirse no entrar en el Gobierno, pues después de quedarse relegado a cuarta fuerza política, sin un acuerdo con el PSOE, el partido quedaría totalmente hundido. Es por ello que Podemos presiona a Pedro Sánchez, abocándole a la minoría parlamentaria si no pactan con ellos.

Con este programa de gobierno, que refuerza las incluidas en el pacto presupuestario, la formación tiene por objeto obligar a Sánchez a retratarse. En Moncloa, sin embargo, manejan no mover ficha hasta que no se produzcan las elecciones autonómicas, pero en Podemos trabajan ya en este sentido ante la alarma a un posible apoyo de investidura de Ciudadanos al PSOE a cambio de que en las comunidades autónomas se llegue a pactos de gobiernos entre ambos partidos, lo que asentaría el poder naranja por todo el territorio español. En estos escenarios pondrán el foco la cúpula del partido este lunes, donde se reunirá el núcleo duro de la formación con los secretarios autonómicos de Podemos. De esta cita saldrá la estrategia a seguir de cara a las negociaciones para conformar los gobiernos autonómicos.

Esta fecha es con la que juegan en Podemos como clave, pues ahí es cuando se descubrirán las cartas que acabarán o no con un pacto de investidura y posterior gobierno de coalición. En el entorno de Pablo Iglesias barajan que para conseguir gobiernos autonómicos de izquierdas en comunidades como Castilla-La Mancha, Extremadura o Aragón -donde los partidos de derecha se han impuesto en las elecciones generales- se necesitarán acuerdos entre ambas formaciones. Por tanto, según esta estrategia, el PSOE necesita de la formación morada para el liderazgo autonómico. Ahí , la baza de Podemos.

No sé trata entonces de que si el Gobierno no negocia con Iglesias un Ejecutivo de coalición, no se den después pactos autonómicos, sino a la inversa. Arroparían con sus votos estos gobiernos autonómicos de izquierdas primero, que condicione a un Ejecutivo central de coalición, después.

En Podemos han cambiado totalmente la estrategia en cuanto a las negociaciones para llegar a un gobierno de coalición con el PSOE. Si en 2016 exigieron desde el primer momento puestos claves y ministerios para investir a Pedro Sánchez como presidente -la vicepresidencia, la supervisión del Centro de Investigaciones Sociológicas, el Centro Nacional de Inteligencia o ser mando de referencia en el Boletín Oficial del Estado- ahora han evolucionado a una marcha más sosegada, discreta y cauta. No quieren, de nuevo, entrar en los medios de comunicación para discutir un posible gobierno. Éste nuevo perfil negociador ya fue demostrado con el pacto presupuestario, momento en el que el equipo de Iglesias y de Sánchez se reunían a solas en el Congreso o cuando los propios líderes de ambos partidos lo hacían en La Moncloa.