«Josu Ternera» recobra su papel de mediador entre ETA y Batasuna

El papel de José Antonio Urriticoechea Bengoechea, «Josu Ternera», dentro de ETA ha subido muchos enteros y ha vuelto a convertirse en estos momentos en el «gran mediador» entre la «dirección de la banda y su brazo político». El fracaso del intento negociador de Noruega –en el que su papel, que sí que existió y no fue precisamente el de estar en primera línea– le ha reforzado ahora.

Su presencia tan cerca de la frontera, cuando estuvo a punto de ser detenido esta semana en una operación de la Comisaría General de Información y la Policía francesa, ha hecho pensar a los expertos, a nivel de hipótesis, que tenía planeado entrevistarse con representantes del sector «posibilista» de la «izquierda abertzale» con el fin de fijar la estrategia de todo este mundo a corto y medio plazo. Ello significaría que sus opiniones van a recobrar la importancia de antaño.

Intento fallido

Según fuentes antiterroristas, consultadas por LA RAZÓN, el intento fallido de negociación en Noruega con los gobiernos español y francés, que protagonizó la «dirección» de la organización criminal con una representación de la que, en algún momento, pudo formar parte «Ternera» (aunque este extremo ha sido plenamente confirmado) ha reforzado su protagonismo. El mensaje que se ha transmitido es que cuando «Ternera» no lleva la batuta (en el país nórdico estaban al frente de la representación David Pla e Irache Sorzábal), las cosas no salen bien.

Lo mismo ocurrió en el proceso 2006-2007, cuando cedió el protagonismo a Francisco López, «Thierry», y las negociaciones se rompieron, pese a que se reanudaron al atentado contra la terminal T-4 del aeropuerto de Barajas. El hecho de que Urruticoechea estuviera escondido tan próximo a la frontera, en Durban sur Aziere, cerca del Valle de Arán, es lo que ha hecho pensar a algunos expertos que tenía proyectado entrevistarse con miembros del sector «posibilista» de la «izquierda abertzale», que encabeza Arnaldo Otegui, preso en la cárcel de Logroño, y cuyas cabezas visibles en libertad son Rufino Echeverría, Joseba Permach y Marivi Ugarteburu.

Los largos años de militancia en ETA de Urruticoechea le han conferido una «autoridad», similar (pero en el plano «político»), a la que tenía en su momento Domingo Iturbe Abásolo, (en el «aparato militar») muerto al caer de un tejado en Argelia, mientras trataba de instalar una antena de televisión.

La banda y su entramado viven un momento singular, con el final de un complicado debate interno, cuyos resultados se ha comprometido ETA a comunicar mediante una circular dirigida a sus militantes, y un gran confusionismo sobre el camino a seguir.

En estas circunstancias, «Ternera» habría visto abierta la puerta para recuperar el protagonismo, que nunca ha perdido del todo, pero que de nuevo le podría aupar a puestos de «dirección». En las bandas terroristas, los fracasos de unos suelen suponer el ascenso de otros y, si ese otro es un personaje como Urruticoechea, no hay más que comentar, agregaron las mencionadas fuentes.

Lo que está claro, es que este individuo tenía, en el momento de ser detectado por las Fuerzas de Seguridad, unos planes concretos y que se los iba a exponer a alguien. Los expertos policiales franceses trabajan intensamente en tratar de desencriptar los archivos de los dos ordenadores que guardaba en el domicilio. La precipitación de su huida, cuando, casi con toda seguridad, detectó el dispositivo policial que se había montado, provocó que los tuviera que dejar abandonados, así como otros enseres que han permitido confirmar su presencia en la casa, en la que se quedaron su mujer y un niño de corta edad, que acaba de tener el matrimonio.

Un tipo tan escurridizo como Urruticoechea aprovecho la intensa niebla que se cernía sobre el lugar para desaparecer y lo hizo con lo puesto. No era cosa de ir en medio de la noche con dos ordenadores encima que, hubieran llamado la atención de cualquier persona que le hubiera visto. Dada la colaboración ciudadana que existe en Francia, no hubiera sido extraño que lo hubiera puesto en conocimiento de la Gendarmería.