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Jueces antiestrella

Los jueces Ruz y Alaya
Los jueces Ruz y Alayalarazon

Los magistrados que investigan los casos más mediáticos del panorama judicial buscan pasar desapercibidos y centrarse en la causa. Pablo Ruz y Mercedes Alaya no se han visto superados por el tirón de las fotocopias de Bárcenas o la trama de los ERE.

Pablo Ruz, el constante instructor que sustituyó a Garzón

Titular del Juzgado de Instrucción nº5 de la Audiencia

No cuenta con una legión de fieles seguidores como es el caso de su colega Mercedes Alaya, pero el juez Pablo Ruz también ha centrado la atención de los focos por sus últimas investigaciones. Sin casi quererlo, los papelas de Bárcenas han convertido a este magistrado tranquilo, serio y constante, en otro símbolo mediático del mundo de la Justicia. Por sus manos han pasado otras importantes casos y en ningún momento se ha visto desbordado por ello.

La discreción es otra de las características de este magistrado que ni mucho menos quiere colgarse el apelativo de «juez estrella». Él quiere pasar desapercibido pero no a la hora de dictar sentencia, donde se muestra seguro y tajante.

Inició su andadura profesional en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Navalcarnero (Madrid), del que pasó al número 4 de la misma localidad, y posteriormente al Juzgado de Instrucción Número 1 de Bilbao.

En abril de 2008 fue designado para sustituir temporalmente el juez Juan del Olmo, magistrado de la Audiencia Nacional e instructor, entre otros casos, del 11-M.

Desde allí, abrió diligencias contra el etarra José Ignacio De Juana Chaos por un posible delito de enaltecimiento del terrorismo y envió a prisión, bajo fianza de tres millones de euros, a Juan Antonio Roca, ex asesor urbanístico del Ayuntamiento de Marbella y presunto «cerebro» de una trama de corrupción en el Consistorio, la «Malaya».

Instruyó asimismo un nuevo sumario relacionado con los trágicos atentados del 11-M contra siete acusados de ayudar a huir a algunos de los autores de la masacre, pero rechazó reabrir la causa principal y realizar nuevas pruebas relacionadas con los explosivos.

En junio de l pasado año 2010, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) le designó por unanimidad sustituto del juez Baltasar Garzón, al frente del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

Entre los casos heredados figuraba el «caso Faisán», que reactivó.

El «caso Forum Filatélico» o el «caso Gürtel» fueron otros casos instruidos por Ruz, el segundo tras la devolución de la causa, a finales de 2012, a la Audiencia Nacional, tras su paso por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Dentro de ella, declaró nulo el auto de sobreseimiento dictado por el tribunal madrileño contra el ex tesorero del PP Luis Bárcenas y volvió a imputarle.

La contabilidad de Bárcenas es último casa relevante que ocupa al juez. En marzo de este año, Ruz decidió asumir la investigación de los papeles de Bárcenas, al entender que guardaban relación con el «caso Gürtel».

La investigación derivó sin embargo en un conflicto judicial a raíz de que el también juez de la Audiencia Nacional Gómez Bermudez admitiera a trámite la querella de IU y otras entidades por la supuesta contabilidad B en el seno del Partido Popular, y fue la Sala de lo Penal la que decidió que juez era competente al tratarse de investigaciones paralelas. La semana pasada dictó el ingreso en prisión de Bárcenas, al que ha impuesto una fianza civil de más de 43 millones de euros.

Según sus conocidos, este juez de carácter progresista y perteneciente a la plataforma «Otro Derecho es posible», «nunca se casa con nadie» y, sobre todo, quiere mantenerse al margen de cualquier polémica derivada de alguna de sus investigaciones.

Mercedes Alaya, una trabajadora incansable que huye de las cámaras

Titular del Juzgado de Instrucción nº 6 de Sevilla

Un único caso ha convertido a Mercedes Alaya Rodríguez en una de las magistradas más mediáticas de la actualidad judicial. Y es que, la juez que investiga la trama de los ERE en la Junta de Andalucía se ha convertido en todo un símbolo con club de fans incluido: 22.735 personas hay registradas en la página de Facebook que se creo para sus seguidores. En ella, la consideran «la juez más valiente de España» o una mujer «que se lleva por delante al que haga falta», llegando incluso a afirmar que «Marca España es ella».

Sin embargo, a la titular del juzgado de instrucción 6 de Sevilla no se le han subido a la cabeza ni estos halagos ni su tirón mediático. Hasta se han hecho infinidad de reportajes e informaciones sobre su forma de vestir y llena páginas de periódicos y espacios en los informativos. Por no hablar de las portadas que ha copado.

Quienes la conocen aseguran que se trata de una mujer distante e imparable, que puede realizar interrogatorios inacabables en maratonianas jornadas de trabajo. Ella, sin embargo, trata de huir de las cámaras y de la fama y centrase únicamente en la trama de corrupción más grande que ha salpicado a la Junta de Andalucía.

Su trayectoria profesional comienza en noviembre de 1988 en la localidad sevillana de Carmona y en 1990 se trasladó a Fuengirola (Málaga), donde encausó al alcalde socialista Sancho Adam, por un presunto delito de malversación de fondos públicos, informa Efe.

En 1992 se hizo cargo del juzgado de Primera Instancia, número 20 de Sevilla y

años más tarde, en junio de 1998, accedió como titular del Juzgado de instrucción número 6 de Sevilla, que ahora regenta y en el que a su llegada se instruía el caso Mercasevilla, matriz del que derivó el de los ERE.

En relación con esa causa, la magistrada sufrió una recusación, que posteriormente fue rechazada, debido a que su marido, Jorge Castro García, había sido auditor de Marcasevilla hasta el año 2002.

En diciembre de 2010, la Audiencia de Sevilla rechazó la recusación de la juez Alaya, solicitada por Pilar Giraldo, exdirectora económica de Mercasevilla, tras considerar que se basaba en afirmaciones subjetivas y en datos falsos sobre el trabajo de su marido como auditor.

En septiembre de 2012, tras las vacaciones de verano, la magistrada presentó la baja médica y estuvo alejada del juzgado hasta el pasado 5 de marzo.

Opiniones sobre ella hay cientos. Hay quienes consideran que nunca busca la verdad, sino que tiene una idea preconcebida y sólo busca ratificarla. La tachan de «impulsiva» o inquisitiva» y aseguran que nunca delega trabajo en nadie, por lo que se le acumulan las tareas.

Otros, por el contrario, alaban esa discreción y destacan, ante todo, su profesionalidad y el trabajo de investigación tan minucioso que realiza. Para la mayoría, lo más destacado de Alaya es su «imparcialidad, independencia y rigor».

Tanta fama en tan poco tiempo y sin apenas inmutarse han llevado a muchos de sus compañeros y seguidores a afirmar que la magistrada es toda una «dama de hierro».