Elecciones catalanas
Torrent cede y propone a Sánchez aunque queda a la espera del TS
El juez Llarena deberá decidir si permite al candidato salir de prisión para acudir al Pleno.
El juez Llarena deberá decidir si permite al candidato salir de prisión para acudir al Pleno.
El independentismo ha abocado al Parlament a revivir una nueva investidura fallida, después de que el presidente de la Cámara catalana, Roger Torrent, y ERC accedieran a la imposición de JxCat y se propusiera ayer al ex líder de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, encarcelado provisionalmente en Soto del Real, como nuevo candidato a ser investido. Una elección que corre el riesgo de volver a colisionar contra la prohibición de la Justicia española, ya que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, con toda probabilidad no le permitirá salir de prisión para acudir al Pleno, y dilatará todavía más la formación de Govern. Una senda que desespera a ERC, que apuesta por desencallar la investidura lo más pronto posible para acabar con la aplicación del artículo 155, pero que ha tenido que volver a asumir para no alimentar más las hostilidades con JxCat. El Pleno, en todo caso, todavía no tiene fecha fijada, aunque será la semana que viene a petición de los independentistas para tener tiempo de seguir negociando.
Y es que desde ERC se ha aceptado a regañadientes –de hecho, el viernes pasado propusieron a Oriol Junqueras como instrumento de presión sobre JxCat, al que piden que proponga a alguien exento de causas judiciales para facilitar la vuelta a la normalidad–, y optarán por que sean los tribunales quienes hagan de nuevo el trabajo de imposibilitar el Pleno de investidura. «Todavía no hemos recibido ninguna notificación y por eso apoyamos la candidatura», avanzaron. Asimismo, este escenario también permite a los independentistas ganar tiempo para seguir negociando el acuerdo y los apoyos
–JxCat y ERC pidieron a Torrent que fijara la sesión para la semana que viene y así tener más margen–. Por un lado, ayer, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la portavoz de JxCat, Elsa Artadi, aseguraron que ya han llegado a un preacuerdo, e incluso Artadi avanzó que entre hoy y mañana se haría público, pero fuentes presentes en las conversaciones matizaron a este diario que son «escépticos» a que la entente llegue tan pronto.
Por otro, una vez consumado el acuerdo, se deberán dirigir a la CUP para tratar de arrancarles el voto a favor de Sánchez, necesario para que la investidura obtenga luz verde. Los anticapitalistas se mantuvieron ayer en sus trece y exigieron un programa republicano y de confrontación con el Estado, aspiración que podrían satisfacer, ya que Artadi aseguró que el nuevo documento que tienen preparado incluye «construcción de la República» y ahonda en el proceso constituyente. Pero si los cuperos no variaran su postura, también retaron a la Mesa del Parlament a desobedecer al Tribunal Constitucional y permitieran votar a distancia a Carles Puigdemont y Toni Comín, fugados en Bélgica, ya que consistiría en un envite al Estado. Sin embargo, tanto JxCat como ERC eludirán cualquier ilegalidad y deberán concentrar sus fuerzas en persuadir a Puigdemont y Comín para que renuncien a su acta de diputado. Como adelantó LA RAZÓN ayer, ambos se han comprometido ya a dimitir si fuera posible la investidura de Sánchez.
Donde ERC no va a encontrar ningún apoyo, por ahora, es en los «comunes» y el PSC. Ambos partidos tumbaron ayer el tripartito. Los primeros aseguraron que sólo sería posible a largo plazo y si ERC dejara de lado a JxCat, y los segundos exigieron que Esquerra debe abandonar la vía unilateral.
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