Política

40 años de la Constitución

La base del futuro

«El Tribunal Constitucional es el intérprete auténtico y defensor del texto de convivencia»

Exposición en el Congreso por el 40 aniversario de la Constitución / Foto: Alberto Roldán
Exposición en el Congreso por el 40 aniversario de la Constitución / Foto: Alberto Roldánlarazon

«El Tribunal Constitucional es el intérprete auténtico y defensor del texto de convivencia»

Celebramos el 6 de diciembre de 2018 el cuadragésimo aniversario de la Constitución española, que ha supuesto para los españoles el mayor periodo de paz, desarrollo económico, social y jurídico de nuestra convivencia. Estas letras se suscriben en homenaje, en primer lugar, de los Ponentes constitucionales, que con su preparación y esfuerzo hicieron posible la redacción de un anteproyecto que sentó las bases de nuestro futuro político, efectuando la transformación de un Estado autoritario y unitario en otro Estado, plenamente democrático y descentralizado.

En segundo lugar, desearía conmemorar asimismo a los parlamentarios de las primeras Cortes Constituyentes que supieron aunar los esfuerzos necesarios para hacer posible el consenso que supuso el texto constitucional, ratificado en referéndum por el pueblo español, un día como hoy, hace ya cuarenta años.

En cuanto al texto constitucional en sí, me gustaría subrayar la importancia de su Preámbulo y de su Título Preliminar, que ensalza los valores de la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político, que determina la Monarquía parlamentaria como forma política de Estado y que establece la supremacía normativa de la Carta Magna y por ello la sujeción de todos los poderes públicos a la misma.

Destacaría igualmente del análisis del texto constitucional, la consagración del respeto a la dignidad intrínseca de la persona humana y el mandato de recepción del Derecho Internacional que impone, especialmente en materia de Derechos Humanos.

La protección constitucional de los derechos fundamentales y libertades públicas que se proyectan en el Estado democrático de Derecho y el reconocimiento de los principios rectores de la política social y económica que se proyectan en el Estado social como Estado prestacional, son asimismo aspectos nucleares de nuestra Constitución, junto con las disposiciones que ordenan el funcionamiento de los Poderes del Estado y aquellas otras que han permitido el proceso de descentralización de nuestro país a lo largo de estas últimas décadas.

No quiero omitir en estos breves párrafos que homenajean al texto constitucional, la importancia y trascendencia de la labor del Tribunal Constitucional, como intérprete auténtico y defensor de la Constitución, cuyas competencias están esencialmente delimitadas en el artículo 161 de la Constitución y en la Ley Orgánica del Tribunal.

La jurisprudencia del Tribunal, desarrollada en los treinta y ocho años últimos, ha supuesto la fijación de criterios, pautas y ámbitos de aplicación del texto constitucional, haciendo efectiva su labor interpretativa y su adecuación evolutiva de nuestra Carta Magna a cada momento histórico. Entre sus funciones, me gustaría subrayar la importancia de la fijación de la inconstitucionalidad formal y material de las leyes, a través de recursos y cuestiones de inconstitucionalidad, así como el carácter central que ha jugado el recurso de amparo como mecanismo para garantizar, de manera subsidiaria, los derechos de todos los ciudadanos, así como, finalmente, la concreción de las atribuciones de los órganos constitucionales del Estado y las competencias de éste y de las Comunidades Autónomas.

Los logros conseguidos por los ciudadanos y los poderes públicos en cumplimiento de la Constitución han sido fructíferos y debemos continuar trabajando e impulsando, día a día, el sentimiento constitucional, especialmente en las nuevas generaciones para que sepan proyectar los valores que la Carta Magna contiene.