Crisis del PSOE

La dirección del PSOE alerta tras la crisis de Navarra de un nuevo frente territorial

Óscar López, secretario de Organización del PSOE
Óscar López, secretario de Organización del PSOElarazon

La dirección federal del PSOE dio ayer carpetazo a su enésima crisis con el PSN. La cita mensual de la Ejecutiva sirvió, sí, para reconocer que el veto de Alfredo Pérez Rubalcaba a la moción de censura que quería impulsar Roberto Jiménez para desbancar de la presidencia de la Comunidad Foral a Yolanda Barcina ha tenido un coste para los socialistas navarros, pero la preocupación va mucho más allá de las costuras que hayan podido estallar en el seno del PSOE.

Varios fueron los miembros de la Ejecutiva –como fue el caso de Patxi López, Eduardo Madina o Juan Moscoso, entre otros–- que alertaron de la apertura de un nuevo inquietante frente territorial en España como consecuencia de una estrategia «cortoplacista» de la derecha. Socialistas vascos y navarros defendieron que el debilitamiento del PSN, tras el veto a la moción de censura, acabará con un gobierno nacionalista en la Comunidad Foral.

«El PP, en su obsesión por debilitar al PSOE, ha entregado Navarra a los vascos», resumía ayer en conversación con este diario Gaspar Zarrías, responsable de Política Municipal de la dirección federal. Y es que en Ferraz son mayoría quienes temen que la próxima convocatoria de elecciones en Navarra acabe con un Parlamento de mayoría vasquista, en el que sumen Bildu, Geroa Bai e IU.

En ese caso, para el partido de Rubalcaba, el desafío soberanista de Cataluña será menor comparado con el problema navarro, ya que un Ejecutivo de mayoría nacionalista podría invocar la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución, la que establece un procedimiento para la incorporación de Navarra al País Vasco, que no requiere de la autorización de las Cortes Generales. La iniciativa correspondería al órgano foral competente y tendría que ser, eso sí, ratificada por referéndum. Por tanto, para la dirección del PSOE, el escenario que se abre en Navarra no es baladí para el ya de por sí compleja crisis territorial de la que adolece España.

Y todo, se escuchó durante la reunión de la Ejecutiva, por «la obsesión del PP de debilitar a los socialistas navarros», a quienes el asunto de la fallida moción de censura, para qué negarlo, «ha debilitado notablemente». Tanto que a su secretario general se le da ya por amortizado.

Patxi López y Eduardo Madina, que tuvieron intervenciones muy similares en la reunión de la Ejecutiva, pidieron a Rubalcaba que no acepte lecciones del PP sobre lo que hay que hacer o no ante la banda terrorista ETA o su brazo político, y mucho menos permita que la derecha sume a Bildu a las siglas del PSOE mientras en los ayuntamientos vascos y navarros el PP ha votado en más de una veintena de ocasiones con los abertzales.

Pese a todo, y al término de la Ejecutiva, el secretario de Organización, Óscar López, cerró filas con el PSN y trasladó el foco sobre la presidenta navarra para que convoque elecciones. Y esto, aunque, tanto Rubalcaba como su núcleo más cercano defendieron que aunque Bildu –cuyos votos eran imprescindibles para desalojar a Barcina– es un partido legal, el PSOE no puede hacer política con estas siglas debido a su reciente vinculación con ETA.

Sea como sea, el PSOE, aunque preocupado por el futuro inmediato de la Comunidad foral, da por zanjada la crisis del PSN, pese a que ayer mismo dimitió una de las integrantes de la Ejecutiva regional, Susana Pérez, tras el veto de Ferraz a la moción de censura. El empeño ahora de la dirección del PSOE es dibujar a una Barcina, que con sólo el apoyo de 19 de los 50 diputados forales, se sirve de Bildu para mantenerse en el poder.