Podemos
La división en Podemos llega a las autonomías a 21 días de las elecciones
El sector crítico con Iglesias se presenta como Ganemos en Valencia y Cantabria.
Esta semana ha visto cómo se materializaban dos preocupantes focos de disensión interna en el partido de Pablo Iglesias. En primer lugar la dimisión de todos sus cargos de Juan Carlos Monedero, figura clave en la corta historia de Podemos. En segundo lugar la escisión del partido a nivel autonómico en dos comunidades autónomas: Valencia y Cantabria. Este proceso se ha ido gestando desde finales de marzo, cuando se celebraron las primarias, y ha cristalizado esta semana con la publicación oficial de las listas de las autonómicas del 24 de mayo, en las que Podemos competirá con Ganemos en estas dos regiones, siendo los nombres que aparecen en la papeleta de Ganemos, en su gran mayoría, ex miembros del partido de Iglesias que, desilusionados con la línea ideológica y las maniobras internas de la dirección nacional de Podemos, han decidido escindirse del mismo y concurrir por separado en el mismo proceso electoral.
El caso en Cantabria es esecialmente significativo ya que el líder del sector crítico de Podemos en esta comunidad autónoma, Juanma Brun, sigue siendo secretario general del partido en Santander y, al mismo tiempo, tiene a buena parte de las personas de su equipo en la lista de Ganemos en las autonómicas. La pugna del sector oficialista (que se presenta como Podemos) y la del sector crítico (que concurre como Ganemos) es tal que este diario ha tenido constancia de que se está compitiendo por los permisos del Ayuntamiento para celebrar mítines en el mismo lugar y a la misma hora. El próximo 5 de mayo, Íñigo Errejón tiene pensado asistir a un acto en Santander y, previsiblemente, comprobará de primera mano la esperpéntica situación de su partido en esta región. La disgregación del voto de Podemos y, por tanto, sus esperanzas de formar parte del gobierno que salga del 24 mayo pasan de exíguas a practicamente nulas.
El caso de Valencia es análogo. En esta comunidad Podemos también se enfrentará a Ganemos cuya lista aparece encabezada con la que hasta hace apenas dos semanas era la secretaria general de Podemos en el municipio de Mutxamel (Alicante) y una de las figuras más representativas del sector crítico con la corriente de Iglesias. «Dimití hace 15 días porque no veía las cosas claras y dentro de Podemos había cosas que no me gustaban», reconoció Oliva ayer al diario «Información» de Alicante. Oliva –como ya hiciera la número dos de Podemos Euskadi, Iratxe Osinaga y también Monedero– ha minimizado sus críticas al Podemos en el momento de dimitir.
Dejando de lado las luchas intestinas –en las que la dirección nacional del partido se ha mostrado implacable a la hora de silenciar candidatos «molestos» llegando a impugnar listas y expulsar a parte de sus miembros de manera unilaterar y sin aportar pruebas– existe una profunda diferencia de filosofía de partido entre el Podemos de Pablo Iglesias y el sector crítico, que poco a poco va aglutinándose en torno a la marca Ganemos, gestionada por Hartos.org, una plataforma vinculada en sus origenes al 15-M que proporciona cohesión a una pléyade de candidaturas de unidad ciudadana en toda España. Y esta diferencia no es otra que, mientras para Podemos la dirección y orientación del partido viene de arriba a abajo, es decir, de Pablo Iglesias a las bases, en Ganemos el sentido es el inverso: son las bases las que, de abajo a arriba, dan la orientación al proyecto político. Precisamente la causa principal aducida por Monedero para justificar el abandono de todos los cargos en Podemos: «es más importante un minuto de televisión [de Pablo Iglesias, entre otros], que reunirse con un pequeño círculo».
Lo que ha sucedido en Valencia y Cantabria no ha pillado por sorpresa a la dirección nacional de Podemos. De hecho se trató de cortar de raíz la escisión antes de que se produjera, hace algo menos de un mes. El Consejo Ciudadano Estatal, órgano central de Podemos, envió el 9 de abril un comunicado interno amenazando con la expulsión a «cualquier miembro de Podemos que participe en la construcción y participación electoral de Partidos de orden superior al municipal». Según esta «circular informativa», los miembros del partido que colaboren con este tipo de iniciativas, «instrumentales o no», «estarían actuando en colisión clara con los intereses de Podemos (...) y por tanto incurriendo en una grave irregularidad que podrá ser sancionada proporcionalmente por la aplicación del art. 65.5 de los Estatutos». Los citados Estatutos incluyen entre las sanciones por este tipo de faltas la suspensión de militancia, la inhabilitación para ocupar cargos internos y, finalmente, la expulsión del partido.
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