El desafío independentista
La mayoría silenciosa alerta de la fractura social
Son abogados, ingenieros, economistas, funcionarios, amas de casa, carteros, trabajadores sociales, expertos en comunicación y estudiantes con nombres y apellidos. Nuria, Daniel, Luis Gemma, Anna Maria, Rosario o Pepe forman parte de la mayoría silenciosa que defiende una España unida frente al órdago independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas. Coordinados por el PP y Ciutadans, les reunimos ayer en Barcelona y Cornellà de Llobregat, respectivamente, para formar parte del mosaico reivindicativo con el que lanzamos un mensaje inequívoco. No hay medias tintas. La mayoría silenciosa incluye a gente de lo más dispar, de todos los perfiles y capas sociales.
Al ser preguntada por los riesgos a los que se expone Cataluña con el proceso independentista que Mas lleva a cabo junto con ERC, Laura Benito lo tiene claro: «La fractura social». Esta empresaria de 48 años que aprovecha el parón de la crisis para acabar Psicología, lanza una afirmación contundente. «No hay buenos y malos catalanes». Lo dice porque, como muchos, considera que Mas se ha dejado arrastrar por la corriente independentista que salió a la calle en la Diada y «ha confundido» una parte con el todo. Para Benito, «el populismo está demostrado dónde lleva». También avisa que el líder de Convergència «tiene olvidadas las prioridades». Cita desde el paro cercano al 25 por ciento que sufre Cataluña al millar de barracones con los que los estudiantes han empezado el nuevo curso, pasando por los 50.000 menores catalanes que están en riesgo de malnutrición infantil, según datos del Síndic de Greuges, el defensor del pueblo catalán, presentados en el Parlament. Ella opina que «la consulta tiene que convocarse desde la legalidad» y pide «acción al Gobierno» para solucionar «la huída hacia adelante de Mas».
Iván Aguilar, nacido en Cornellà de Llobregat y estudiante de Gestión de Administraciones Públicas, cree que «el gobierno de la Generalitat no se preocupa por la mayoría de los ciudadanos». A su juicio, lo «más grave» es «que quiere separarnos y no prioriza lo necesario». Este «necesario» al que hace referencia son los servicios sociales y un sistema educativo de calidad, «trilingüe como los colegios privados a los que llevan a sus hijos».
La mayoría silenciosa se quedó en casa el pasado 11 de septiembre, mientras diez de los doce consejeros del Govern participaban en la cadena humana independentista que convocó la Asamblea Nacional Catalana. A su presidenta, Carme Forcadell, recibió Mas en Palau pocas horas antes. Ella, avisó. La prioridad es la fecha y la pregunta. Le secundan 1,6 millones de personas, según la conselleria de Interior, cifra eufórica que el Gobierno rebajó a 400.000 participantes. Números aparte, Águilar pidió al president que «gobierne para todos».
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