El desafío independentista
La respuesta de Rajoy a Artur Mas: «Así, el diálogo es imposible»
Acusa al presidente catalán de impulsar decisiones unilaterales. El jefe del Ejecutivo advierte de que la independencia trae aislamiento y pobreza
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió ayer de que el proceso de toma de decisiones unilaterales en el que se ha embarcado CiU, siguiendo el camino marcado por ERC, rompe por completo cualquier intento de diálogo.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió ayer de que el proceso de toma de decisiones unilaterales en el que se ha embarcado CiU, siguiendo el camino marcado por ERC, rompe por completo cualquier intento de diálogo. «Por naturaleza estoy abierto al diálogo. Pero se están tomando decisiones unilaterales sin consultar a nadie y sin buscar el entendimiento. Lo que veo es un continuo proceso de toma de decisiones unilaterales y así es imposible dialogar», sentenció en una comparecencia conjunta con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Rajoy valoró en estos términos la decisión del Parlamento catalán de solicitar al Congreso las competencias para convocar un referéndum. Una cuestión que afecta a la soberanía nacional y que llevó ayer al presidente del Gobierno a insistir en que la soberanía compete al conjunto de los españoles y sólo el conjunto de los españoles puede decidir. El matiz que ayer introdujo en su discurso es importante. Hasta ahora, Rajoy siempre ha dejado la puerta abierta al diálogo, incluso ha apartado algunas de las provocaciones nacionalistas para mantener algún puente en pie. Nunca hasta ahora había sido tan explícito al reconocer que ya no es que haya dificultades para el diálogo, sino que la actitud de la otra parte lo hace «imposible».
Ayer, con Barroso al lado, aliado suyo dentro de las exigencias que imponen la diplomacia europea, incluso entró al trapo de una pregunta sobre el proceso de independencia de Escocia, no tanto para hablar sobre ese particular, sino para comparar las malas consecuencias que la independencia tendría para el pueblo escocés y para el catalán. Barroso había dejado previamente muy claro que tanto Escocia como Cataluña se quedarían fuera de la UE si se independizan, pasando a ser considerados a todos los efectos como terceros países respecto a la Unión y a todos sus tratados.
Rajoy citó un informe del Reino Unido para sostener –«y esto no es una opinión, es información»– que una posible independencia escocesa, y sobreentendida de Cataluña, supondría que los nuevos Estados se quedarían fuera de la UE, de Naciones Unidas, de los tratados internacionales firmados por Reino Unido o España, y, si esa región estuviera en el euro, cosa que no ocurre en el caso escocés pero sí en el catalán, fuera de él y sin el amparo del Banco Central Europeo. Por tanto, los territorios que optaran por la independencia «sufrirían un empobrecimiento de incalculables proporciones».
El presidente habló en términos genéricos, pero la lectura entre líneas en clave doméstica fue muy clara. También lo fue Barroso a la hora de recordar que aquella parte del Estado que se escinde tiene que volver a dar todos los pasos necesarios para volver a ingresar en la Unión Europea.
Ayer era día de resaca del movimiento del Parlamento catalán y también la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, valoró el texto remitido a las Cortes, con el apoyo de 87 votos y 43 en contra, para pedir la cesión de competencias para convocar el referéndum. En la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta defendió con contundencia que la consulta catalana no es posible y no se va a celebrar porque la soberanía nacional no es transferible y el límite en todo caso lo marca siempre la ley y la Constitución. Además de garantizar que el Gobierno actuará con firmeza en la defensa de la Carta Magna, también subrayó que el Gobierno también tiene la firme determinación de defender los derechos de los catalanes, que al igual que el resto de los españoles «tienen derecho a disfrutar de la recuperación económica y a tener acceso a un empleo». «Tenemos bien claro que con arreglo a nuestras normas la consulta de autodeterminación no es posible y no puede celebrarse.», dijo.
Sobre la respuesta a la petición del Parlamento catalán, confirmó que, como ayer adelantó este periódico, la propuesta será «tumbada» en el Congreso, sin ser necesarias más decisiones jurídicas.
LA CONFIANZA DE EUROPA
Muy tranquilos se mostraron ayer Rajoy y Barroso. Durante su encuentro se les vio cómodos, sobre todo después de los elogios del presidente de la Comisión Europea a las medidas puestas en marcha. Y es que las reformas puestas en marcha por el Gobierno están dando frutos.
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