El desafío independentista
La sombra del delito de desobediencia
El presidente del Parlament, Roger Torrent, y el resto de miembros independentistas de la Mesa han salvado el primer «match ball». Estaban avisados por el TC: ignorar la suspensión cautelar acarreaba afrontar posibles responsabilidades penales. La sombra de una posible querella de la Fiscalía por delitos de desobediencia y, en su caso, prevaricación ha sido, en este caso, demasiado alargada. Torrent habrá tenido muy presente la situación procesal de sus antecesores en la Mesa, quienes ignoraron una y otra vez los mandatos del Tribunal Constitucional en la pasada legislatura y en la actualidad están imputados por rebelión en el Tribunal Supremo con Forcadell a la cabeza, que llegó incluso a pasar por la cárcel.
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