Guerra en Afganistán
Las tropas españolas apoyan al Ejército afgano en una ofensiva contra la insurgencia
La «operación Grey Beret» se salda con varios detenidos y la incautación de diverso armamento
En la «operación Grey Beret» participó, del contingente español, una compañía helitransportada que estableció el cordón exterior para aislar la zona y otra compañía que actuó como segundo escalón de un batallón afgano.
Cada vez con más asiduidad, las tropas españolas desplegadas en Afganistán ceden el protagonismo al Ejército Nacional Afgano (ANA). Hace ya varios meses que su participación en operaciones contra la insurgencia se reduce a un papel secundario de apoyo, lo que se traduce en un aumento de la independencia de las Fuerzas Armadas del país asiático tras años asesorados por los militares españoles. Y es que, han de demostrar sus capacidades en operaciones de gran envergadura de cara al repliegue del contingente español.
El ejemplo más reciente se ha producido en los últimos días en la denominada «operación Grey Beret» en la localidad de Chacablé, provincia de Badghis, en la que se consiguió acabar con un reducto de insurgencia. En la misma fueron detenidas varias personas, se confiscó numeroso armamento y se descubrieron varios uniformes del Ejército afgano.
En la ofensiva, liderada por el ANA, participaron 350 efectivos del Ejército, la Policía, agentes de fronteras y del centro de Inteligencia, encargados de establecer el perímetro de seguridad para, posteriormente, proceder a la entrada y registro. En lo que se refiere al apoyo español, consistió en una compañía helitransportada que estableció el cordón exterior para aislar la zona. Además, otra compañía actuó como segundo escalón de un batallón de las Fuerzas afganas, tal y como informa el Ministerio de Defensa en un comunicado.
Junto a este apoyo español, tropas de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) también tomaron parte en la operación. En concreto, se utilizó un helicóptero de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, helicópteros «Chinook» y «Mangusta» italianos y varias aeronaves para la evacuación médica. Pero también se contó con un avión no tripulado, elementos de zapadores para detectar y desactivar minas, y equipos de control aerotáctico. Y todo, con el apoyo del sistema de mortero embarcado, el cual permitió repeler un ataque de los insurgentes. Este sistema, que aterrizó recientemente en Afganistán, ya demostró su eficacia el pasado mes en otra ofensiva española en apoyo de las tropas afganas en la «operación Bold», en la que tres insurgentes fallecieron.
Hace apenas dos semanas, las tropas españolas participaron en otras dos operaciones lideradas por los afganos («Gostakh» y «Galachesmé»), en las que fue detenido un importante líder de la insurgencia
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