PSOE
López se mueve, Page se inquieta, Madina se protege y Mesquida aún es una incógnita
Inevitable, cuando se habla de precipitar el calendario, es hacerlo también de posibles candidatos
Inevitable, cuando se habla de precipitar el calendario, es hacerlo también de posibles candidatos. El socialismo está que bulle. Almuerzos, cenas, llamadas... Cuando la marca PSOE está tan desacreditada como gastados sus dirigentes, muchos tienen claro que el relevo ha de llegar, alguien con capacidad de ilusionar, que tenga relato y no esté contaminado por la primera línea que hoy ocupan «felipistas», «zapateristas», «rubalcabistas» y otros «istas»... En el primer corte ha caído, según la mayoría consultada, Carme Chacón por dos motivos: uno, por haber formado ayer parte del «buenismo zapateril que dio alas a un PSC con ínfulas nacionalistas» y dos, por haberse quedado esta semana en tierra de nadie cuando dio la espalda al socialismo catalán y el derecho a decidir, pero no fue capaz de votar con el PSOE. Se afilie en Almería, Olula del Río, Hospital o Madrid, las posibilidades de éxito de la ex ministra después del requiebro parecen escasas. Ella no ha perdido la esperanza, pero cuentan que su decisión de optar o no a la candidatura dependerá de quién dé el paso. Se enfrentaría a Patxi López, a Rubalcaba, a Emiliano García Page, pero nunca se mediría con Eduardo Madina, quien tuvo la grandeza de descartarse como tercera vía entre Rubalcaba y Chacón, algo que le llegaron a plantear ambos antes del Congreso de Sevilla, pero también Zapatero y otros tótem. Hoy, Madina escucha, se protege y calla. Otro vasco, Patxi López, anda moviéndose por el tablero. Fue, y quizá lo siga siendo, la «opción» de Rubalcaba. Su talla ha disminuido desde que salió de la lendakaritxa y hay quien no le perdona que estuviera detrás del fallido «golpe de Estado» que algunos barones pretendieron dar en el PSOE forzando un congreso extraordinario para forzar la salida de Zapatero antes de las autonómicas de mayo de 2011. Las traiciones en política siempre se pagan. En la recámara, aunque él lo niega, sigue Emiliano García Page, alcalde de Toledo y secretario general de Castilla-La Mancha, muy preocupado por la inestabilidad interna y la debilidad de Rubalcaba, pero hasta hoy partidario de que el cambio lo pilote la actual dirección con la convocatoria temprana de las primarias. Un nombre más, el de Joan Mesquida, ex director general de la Guardia Civil, que habiendo saltado al ruedo en otoño, dicen que sigue dispuesto a todo, pero de momento entregado a un «trabajo sordo de conexión con las redes sociales» para canalizar el malestar social con el sistema de partidos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar