El desafío independentista

Los empresarios catalanes reclaman a Mas un entorno político y económico estable

El presidente de la Generalitat insiste en su postura de pedirles que se impliquen en su «órdago» soberanista

Artur Mas junto a Josep Oliu, ayer durante la presentación de un libro
Artur Mas junto a Josep Oliu, ayer durante la presentación de un librolarazon

Barcelona- Son amantes de la discreción y se les reconoce por no levantar la voz. Pero esta semana, tras meses viendo como espectadores cómo crece la tensión entre los gobiernos de Mariano Rajoy y Artur Mas por culpa de la aventura soberanista en la que se ha embarcado el presidente de la Generalitat, algunos han intercedido en el conflicto. Coincidencia o no, la semana empezó con empresarios de la talla de Juan Rosell, presidente de la CEOE, el Círculo de Economía o la plataforma «Cataluña sin Europa, no», formada por una sesentena de directivos alemanes residentes en Cataluña, alertando de los peligros de la independencia. El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, puso ayer el punto y seguido a esta ofensiva trasladando en persona a Mas que las empresas «necesitamos un entorno político y económico de estabilidad para sacar adelante nuestros proyectos».

Después de una semana en la que diversas voces del mundo empresarial han expresado sus temores por la «incertidumbre» que acompaña el proceso soberanista, el presidente de la Generalitat se vio cara a cara con algunos de los nombres más representativos de las principales empresas familiares catalanas. ¿El motivo? La presentación del libro del periodista y profesor Francesc Canosa, «Capitanes de industria» (editorial Mobilbooks), que recoge la experiencia de 50 empresas emblemáticas de familias catalanas nacidas en los siglos XIX y XX explicada por las nuevas generaciones.

Tender puentes

Entre el público estaban Jordi Mercader (Miquel y Costas); Víctor Grífols (Grífols), Josep Maria Pujol (Ficosa) o Josep Lluís Bonet (Freixenet), este último, uno de los pocos empresarios que hasta esta semana se habían pronunciado en contra de la independencia y a favor de tender puentes de diálogo entre los gobiernos español y catalán. También había representantes de Agrolimen, Copcisa, Borges, Comsa Emte, Perfumes Puig o Luis Conde, de Seeliger & Conde, el anfitrión del encuentro en Fonteta, la Costa Brava, entre políticos de CiU y PP.

Si Oliu aprovechó que copresentaba el libro junto a Mas para pedirle «estabilidad», el presidente de la Generalitat no desaprovechó la ocasión para defender su proyecto político. Emplazó a los empresarios catalanes a que «no pasen de la política» y, pese a las advertencias que le han hecho llegar a lo largo de la semana, les pidió que se impliquen en la consecución de uno de los «grandes objetivos de país» que, a su entender, tiene Cataluña, como es conducir el proceso político que ha impulsado «una gran mayoría» ciudadana. «Los grandes objetivos de país los tenemos que defender, conducir y dirigir todos juntos, política, empresa y sociedad», alegó. El president ede la Generalitat recuperó sus manidas metáforas marineras para convencer al empresariado con frases como que «un capitán mira por él, pero sobre todo por el conjunto y da la cara por él, por su equipo» o «cuanto más capitán se es, más responsabilidad se tiene». Mas no pareció haber entendido las advertencias que esta semana le lanzaron algunos empresarios.