Los poderes del Estado arropan al Rey en la misa por Don Juan

El incienso, o su solemnidad, envolvió el sentido conmemorativo de la misa por el centenario del nacimiento de Don Juan de Borbón y Battemberg. «España debe a S. A. R. Don Juan de Borbón gratitud, reconocimiento y dar a conocer su obra a las nuevas generaciones», aseveró el arzobispo Castrense de España, Juan del Río Martín. Porque ayer, miembros de la Familia Real, representantes de las altas instituciones del Estado e incluso de algunas casas reales europeas asistieron a la Capilla Real del Palacio Real por la misa que se ofició a las 13:00 horas en honor del tripulante monárquico, aunque su reinado oficial fuera en el mar. Don Juan no llegó nunca a ostentar la Corona, pero que en su tumba rece «Juan III» lo recordó el castrense en la homilía. «Sin su excepcional figura y generosidad, nuestro pueblo difícilmente hubiese gozado hoy de la reconciliación social, de la democracia y del desarrollo socioeconómico que tiene». Y concluyó: «España debe a SAR. Don Juan de Borbón gratitud, reconocimiento y dar a conocer su obra a las nuevas generaciones».

En la ceremonia estuvieron presentes 220 invitados. Sus Majestades los Reyes, los Príncipes de Asturias, Doña Elena, acompañada por su hijo, el Infante Froilán y Doña Cristina, sin Iñaki Urdangarín, fueron los últimos en llegar a la capilla. Si también destacó la asistencia de las hemanas del Rey, las Infantas Pilar y Margarita, comentada fue la asuencia de las hijas de los Príncipes de Asturias, las Infantas Leonor y Sofía. Entre los asistentes por la parte política destacó la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; la del presidente del Congreso, Jesús Posada; del Senado, Pío García-Escudero; del Tribunal Supremo y del CGPJ, Gonzalo Moliner, y del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos. También acudieron el ex jefe del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero y Adolfo Suárez Illana, en representación de su padre, el primer presidente del Gobierno de la democracia. Y tampoco faltó la alcaldesa de madrid, Ana Botella; y el presidente de la Comunidad, Ignacio González, así como el alcalde de Bacelona, Xavier Trías.

Asimismo, el acto contó con la presencia de personalidades vinculadas a la figura y la vida del padre del Rey, miembros de la Casa del Conde de Barcelona y de su Consejo Privado.

«Como persona magnánima y noble caballero, nunca olvidará el valor de la gratitud hacia sus amigos y los buenos españoles, que le ayudaron y acompañaron a lo largo de la vida», dijo el capellán de las Fuerzas Armadas. Gesto que ayer fue recíproco por parte de la Casa Real portuguesa y búlgara, ya que el acto contó con la asistencia de los Duques de Braganza y Simeón de Bulgaria, miembros del Consejo Privado de Don Juan (o sus descendientes), personas que estuvieron a su servicio en Villa Giralda, e incluso la enfermera que le atendió en la Clínica Universitaria de Navarra, en la que murió el 1 de abril de 1993.

A Don Juan Carlos se dirigió directamente el arzobispo –que ofició la misa junto a Pablo Pandero, vicario general de su arzobispado, Serafín Sedano, Luis Miguel Muñoz y Benito Pérez Lopo–, sentado junto a Doña Sofía bajo un dosel litúrgico que portaba el escudo de la Casa de Borbón del S. XVIII . «Es lógico, humano y cristiano que, en esta mañana, señor, vuestra mente se llene de recuerdos familiares, y vuestro corazón se ensanche de amor filial». Recientemente, en una entrevista concedida a Jesús Hermida en TVE, el Jefe de Estado reconoció la vida dedicada al país de su padre, y que le trasladó la máxima de ser «el Rey de todos los españoles; es la única forma de que salga adelante».

Esta entrega de Don Juan a la patria fue reconocida por el arzobispo, quien pidió por ella, «a la que Don Juan tanto amó y a la que dedicó su vida con total entrega». Este reconocimiento a la labor de Don Juan en beneficio de España desde el exilio no solamente estuvo avalado por las palabras del capellán de las Fuerzas Armadas, ya que el Coro de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús interpretaron en un concierto de órgano diferentes piezas de Bach y de Haendel –entre otros músicos–, y las paredes de la capilla Real, ubicada en un lugar contrapuesto al Salón del Trono, guardaron las peticiones del coro por «la gloria de tu reinado» y porque se expliquen «tus hazañas a los hombres».