ETA

Los presos quieren salir para ir al «Foro Social»

Unas 300 personas se concentraron ayer ante la cárcel de Logroño para exigir la libertad de Arnaldo Otegi, a pesar de que la Audiencia Nacional investiga una concentración anterior similar, en la que participó el diputado de ERC, Joan Tardá.
Unas 300 personas se concentraron ayer ante la cárcel de Logroño para exigir la libertad de Arnaldo Otegi, a pesar de que la Audiencia Nacional investiga una concentración anterior similar, en la que participó el diputado de ERC, Joan Tardá.larazon

MADRID- ETA dio ayer un nuevo giro a su estrategia de culpar a España y Francia del «parón» que sufre el «proceso» (pactado con nacionalistas y socialistas en la anterior legislatura) y justificar, en especial ante la opinión pública internacional, una posible vuelta a los atentados como única forma de doblegar la «actitud irresponsable» de Madrid y París. La maniobra se produce cuando cada vez son más frecuentes las advertencias formuladas por responsables antiterroristas galos sobre la capacidad que tiene la banda para atentar en cualquier momento.

La nueva ocurrencia, gestionada a través del colectivo de presos (el EPPK) consiste en que sus seis portavoces en España y Francia obtengan un permiso especial para abandonar la cárcel y asistir a las sesiones del llamado «Foro Social», que se va a celebrar en Bilbao y Pamplona dentro de 15 días. Se trata de una especie de «Conferencia Internacional bis», como la que tuvo lugar en San Sebastián en octubre de 2011, con la que se pretendía obligar a Madrid y París a una negociación en la que, a cambio de la libertad de los presos y la salida de las Fuerzas de Seguridad y de los Ejércitos del País Vasco y Navarra, se produciría un «desarme» supervisado por quienes los terroristas designaran. Segúnfuentes antiterroristas, ETA sabe que ninguno de esos seis representantes (Javier Alegria; Ana Belén Egües; Jon Olarra Guridi, «Otsagi»; Soledad Iparragirre, «Anboto»; Lorenza Guimon y Mikel Albisu, «Antza») van a obtener de las autoridades

penitenciarias de España y Francia el permiso para salir de la cárcel. Los tres primeros ni siquiera se han sometido a la legislación española sobre reinserción. Da igual. Se trata de dar otro paso para presentar a los que defienden la ley y el orden como los malos; y a los que la conculcaron, como los buenos.