Barcelona

En la segunda guarida de la tropa de Es Satty

Los Mossos recibieron el viernes por la mañana el aviso de los vecinos de que habían encontrado material sospechoso en una masía de la localidad. Saltaron las alarmas al hallar una bombona de butano y pasaportes quemados

Fotografía cedida por delCamp.cat, de los restos quemados del pasaporte y el carné de conducir de Mohamed Hichamy, uno de los abatidos en Cambrils, y del pasaporte de Younes Abouyaaqoub, el autor material del atentado de Barcelona
Fotografía cedida por delCamp.cat, de los restos quemados del pasaporte y el carné de conducir de Mohamed Hichamy, uno de los abatidos en Cambrils, y del pasaporte de Younes Abouyaaqoub, el autor material del atentado de Barcelonalarazon

Los Mossos recibieron el viernes por la mañana el aviso de los vecinos de que habían encontrado material sospechoso en una masía de la localidad. Saltaron las alarmas al hallar una bombona de butano y pasaportes quemados.

Hasta el momento sólo había conocimiento de la casa de Alcanar como centro de operaciones de los yihadistas que atentaron en Barcelona y Cambrils, pero los últimos datos de la investigación que conduce el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu han puesto en duda este extremo. Al día siguiente de los ataques, varios vecinos de una urbanización de Riudecañas (Tarragona) dieron el aviso a los Mossos d’Esquadra de que en un restaurante abandonado se habían encontrado restos de documentos de identidad pertenecientes a los terroristas, así como varios objetos sospechosos.

Este lugar guarda mucho en común con la casa de Alcanar. Ambas son urbanizaciones de municipios pequeños (ninguno supera los 10.000 habitantes), no tienen iluminación pública, se encuentran rodeadas de zonas con mucha vegetación y disponen de un amplio listado de viviendas abandonadas (muchas de ellas ocupadas, y con vecinos muy críticos por la seguridad de la zona y la basura que se genera en el entorno).

En este caso, el restaurante, que se ubica en los confines de la urbanización, era un emplazamiento idóneo para que los terroristas pudieran pasar desapercibidos. Hasta el momento, por lo que explicaron algunos vecinos a LA RAZÓN, hay pocos indicios que hagan pensar que tuviera el mismo nivel de actividad que la casa de Alcanar. Principalmente, por los elementos allí encontrados. Por las fotos existentes y los testimonios, se detectó material para preparar explosivos (hasta cuatro bidones de acetona y una bombona de butano), trozos de manta térmica, unas gasas, un casco de moto y dos hogueras con restos quemados del pasaporte y el carnet de Mohamed Hichamy
–uno de los cinco abatidos en Cambrils–, el pasaporte de Younes Abouyaakoub –conductor de la furgoneta de las Ramblas– y diversos tickets correspondientes a algunas compras, entre las cuales una de cuatro cuchillos y un hacha con los que atentar. También, según explicó uno de los habitantes más cercanos al lugar a este diario, los Mossos encontraron un plano en el que aparecía «por dónde debían pasar para llegar a Salou». Si bien todo ello muy alejado de lo que se ha hallado en Alcanar.

Asimismo, la mayoría de los residentes coincidieron en señalar, algo muy parecido a lo que ocurrió en Alcanar, que no se había notado más movimiento de lo normal en la zona. También apuntaron que el restaurante donde se cobijaron es muy frecuentado por jóvenes que vienen a hacer «botellones o a fumar», pero en cualquier caso, está tapiado, y sólo hay acceso a través de dos orificios de reducidas dimensiones. Llama la atención que, dentro, casi todas sus salas están llenas de escombros excepto una, más limpia y con el aspecto de haber sido barrida recientemente. Las paredes, como se puede ver en las fotografías, presentan los clásicos grafitis y pintadas en construcciones abandonadas y el espacio exterior está salpicado de residuos.

Para llegar al lugar, también es fácil acceder de forma inadvertida. Según explicó un vecino a este diario, lo más probable es que lo hicieran a través de un camino rural que llega hasta la zona y después escalaran por una pequeña ladera que da al restaurante.

La ruta de los cuchillos

En cualquier caso, todo apunta a que pasaron allí los momentos previos al atentado en Cambrils, que tuvo lugar pasada la 1 de la madrugada. Antes, a las 21:30 horas, se sabe que los terroristas estuvieron en un comercio de Cambrils comprando armas blancas con las que ejecutar su plan. Adquirieron cuchillos y hachas, tal y como aparece en el auto del juez Andreu. Tras la estancia en el restaurante abandonado, cogieron el Audi A3 y perpetraron el ataque.

Los residentes dieron la voz de alarma a la mañana del día siguiente. Fueron varios. Primero unos jóvenes que estaban jugando, se sorprendieron al ver los objetos e informaron a sus padres, que llamaron a la Policía. Otra vecina, hizo lo mismo. Suele sacar a los perros y es una de las más críticas con el ayuntamiento por el estado en el que se encuentran las calles de la urbanización, y por ello tuvo reparo al principio. Finalmente, lo hizo, y los Mossos d’Esquadra se presentaron por la tarde para iniciar la investigación.