La entrevista de Amilibia

«Madre España», por Graciano García

La Razón
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España, madre, estás triste,

como esta tarde de enero

de lluvia intensa, nubes bajas y grises,

que vivo al pie de montes

que hicieron historia,

guardianes de libertad.

Apenas alguien pronuncia tu nombre

con orgullo o esperanza,

como debiera ser, agradecidos

por todo lo que has dado,

a nosotros y al mundo.

Me duele el alma al verte así,

madre España, sedienta de amor y lealtad,

víctima del error y la mentira,

herida por tanto camino

entre piedra y discordia,

codicia, ignorancia e ingratitud.

España, madre, hoy

pobre en aventuras y sueños,

te miro con honda pena,

con serenidad y hacia lo lejos

para decirte que pronto crecerán

los tallos nuevos y las flores,

y que renacerán la esperanza y la alegría,

libres del estéril lamento interminable.

España, madre,

escucho a tus poetas muertos,

pero no en silencio,

tus pobres soldados de canto y paz,

tus leales verdaderos,

que no te olvidan,

que avivan sus versos

que nos convocan

desde la hondura de la Historia,

para que seamos ahora héroes

en la defensa del planeta,

no víctimas de la separación y el desgarro,

para defender la tierra indivisible,

los ríos y los bosques que hemos heredado.

Madruga el alba, madre España.

Otra vez, el más sabio y valiente de tus poetas,

Don Quijote, saldrá a campo abierto,

para proclamar que fuera de ti

sólo hay soledad y ruina,

para que nadie dentro de ti

se sienta solo en el dolor y el infortunio,

para que cultivemos con amor

la tierra y las mentes,

para que nadie se vaya,

para vivir libres, en pie,

como la llama de la antorcha.

El río cercano canta alegre

en su camino que abre cauces.

Canta para ti, madre España.

Graciano García

Periodista Director Emérito Vitalicio de la Fundación Princesa de Asturias