El desafío independentista
Mantener el suflé...o no
Si Carles Puigdemont se impone a Oriol Junqueras y un miembro de su candidatura es el presidente, ya que el mismo no lo será, «no se pinchará el globo, continuará el discurso de la épica y seguiremos con el volumen alto una buena temporada», como apuntaba, ayer mismo, un líder independentista. En cambio, si Oriol Junqueras se impone «se recuperará la Generalitat y se gobernará», como afirman desde su partido dejando entrever que la independencia no se abandonará, en ningún caso, como objetivo, pero la unilateralidad pasará a mejor vida. Ante esta dicotomía, los movimientos de los jueces serán clave. Si Junqueras sale de prisión se abre un escenario de sosiego y Puigdemont perderá muchas posibilidades. En caso contrario, la tensión está garantizada porque o tratará de ser investido o forzará unas nuevas elecciones. Mientras se dilucida esta cuestión, la economía catalana sigue resintiéndose ante la incertidumbre que se avecina. Cada día más empresas abandonan Cataluña, las inversiones extranjeras han desaparecido y el turismo hace aguas.
La primera prueba de fuego la constitución del Parlament y la elección de la Mesa el 17. Casi al tiempo, el 20, Junqueras declarará ante el juez Llarena. Las cartas, entonces, estarán sobre la mesa. Mientras tanto, Carles Puigdemont debe despojar la margarita y decidir cuál es su inmediato futuro. De momento, su ausencia deja en frágil situación a los independentistas ante el pleno del 17. El bloque separatista tendrá cinco votos menos, y si los presos no salen de prisión, las ausencias seran ocho. Los números no le salen por lo que Puigdemont apuesta más por nuevas elecciones para mantener su desafío.
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