Ucrania
Margallo traslada a Ucrania el apoyo a su integridad
El ministro se reúne con su homólogo ucraniano a un día de la cita de Minsk.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aterrizó ayer en Kiev, donde mantendrá una reunión con su homólogo ucraniano esta mañana, es decir, apenas 24 horas antes de que (si nada se tuerce a última hora) den comienzo las decisivas negociaciones de Minsk, en las que Angela Merkel, François Hollande, Vladimir Putin y Petro Poroshenko quemarán el último cartucho diplomático para frenar el conflicto en el este del país. Margallo partió rumbo a Kiev desde Bruselas, donde ayer tuvo lugar un Consejo de Ministros de Exteriores en el que se decidió prorrogar las sanciones a Rusia acordadas en marzo. El titular de Exteriores, primero en rueda de prensa en Bruselas y posteriormente en un encuentro informal con los medios de comunicación a bordo del Airbus de la Fuerza Aérea que le llevó a Kiev, confirmó que las autoridades ucranianas comunicaron a los ministros de Exteriores de la Unión Europea una petición para que Bruselas levante el pie del acelerador de las sanciones a Rusia. El objetivo de esta solicitud es facilitar un clima de entendimiento favorable en las negociaciones de Minsk.
El reto desde ese momento era buscar una fórmula que «no pareciera una marcha atrás», pero que al mismo tiempo no «molestara a Rusia», dijeron fuentes diplomáticas. Si en Minsk se producen pasos adelante hacia la paz, se suspendería la decisión tomada ayer en Bruselas. Las mismas fuentes confirmaron que en el Consejo de Exteriores «no se ha hablado» de la posibilidad de dotar de armamento defensivo y letal a las tropas ucranianas que luchan contra los rebeldes prorrusos. John McCain, senador de Estados Unidos e importante figura entre las filas republicanas, argumentó este fin de semana en Múnich a favor de armar a los ucranianos. Concretamente, se ha hablado de la posibilidad de dotarles de armamento antitanque y equipos de comunicaciones, precisamente lo que necesitan para mantener una línea fuerte que frene el avance rebelde.
El titular de Exteriores de España visita un país al que la independencia no le ha sentado nada bien. El Producto Interior Bruto de Ucrania es un 50% del que era en el momento de dejar la Unión Soviética. En 1991, el PIB de este país y el de Polonia eran prácticamente iguales. Hoy Ucrania no llega ni a un tercio del PIB polaco. Su población ha pasado de 52 a 45 millones de personas. Y el actual conflicto no ha contribuido precisamente a mejorar las cosas: un tercio del gas y un quinto del petróleo ucranianos se encontraban en la península de Crimea, ahora anexionada por Rusia tras un referéndum que no reconoció la comunidad internacional.
El este del país, concretamente el área de Donetsk, además de contar con una población de 6,5 millones de personas, era el lugar donde se localizaba el grueso de la industria pesada del país, cuyo principal cliente es, además, Rusia. Estas industrias se encuentran ahora paralizadas o en manos de los rebeldes.
Margallo llega a la capital ucraniana acompañado de 17 empresarios españoles. No está previsto que se cierre ningún contrato o acuerdo importante, ya que se trata, en palabras de un asesor económico de Exteriores, de un «viaje de prospección». Dos sectores parecen a priori especialmente prometedores: el ferroviario, en el que España es referencia mundial (con especial atención a los proyectos de mejora del metro de Kiev), y la energía nuclear. Ucrania heredó doce centrales nucleares de la Unión Soviética que suministran el 50% de la energía del país. La empresa española Tecnatom ya trabaja con algunas de estas centrales en sus continuos esfuerzos por renovarse tecnológicamente.
El jefe de la diplomacia aterriza en la capital ucraniana cuando se ha recrudecido la violencia en el este. Los rebeldes prorrusos continúan su ofensiva, siendo la población civil la que, fundamentalmente, está siendo víctimas de los combates.
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