Gobierno de España
¡Me jiedin los hombris que son medio jembras!
Así comienza Gabriel y Galán su poema VARON, de la obra Extremeñas, escrito íntegramente en CASTUO. El castúo es un dialecto muy común en las tierras de Granadilla, al noroeste de la provincia de Cáceres. Allí pasó Gabriel y Galán la última etapa de su vida, allí aprendió Castúo, allí escribió Castúo.
El vocablo JIEDIN equivale en castellano a mal olor, pero no referido solo a los malos efluvios. Cuando se refiere a personas quiere decir que no es de fiar, que no es trigo limpio, me jieden quiere decir: me repelen, me irritan, me sacan de quicio.
Los MEDIO JEMBRAS, son los blandengues, miedicas, indecisos, timoratos, dubitativos, por lo general incapaces de asumir responsabilidades de su competencia, de tomar decisiones que entrañen algún riesgo.
A mí, como a millones de españoles, me jiedi muchísimo la situación del país. Me jiedi lo que están padeciendo los catalanes y los vascos, estos quizás ya en menor medida, que no padecen la paranoia nacionalista; desde hace décadas.
Me jiedi, que desde Instituciones del propio Estado, se cuestione la legalidad que nos obliga a todos, los tribunales de justicia, la Constitución, la Corona, todo lo que suene a español.
De lo que estamos teniendo y sufriendo, en la actualidad, hay muchos responsables y muchos culpables. Responsables son los partidos y gobiernos nacionalistas, que llevan décadas induciendo, o más bien imponiendo a sus paisanos su Paranoia Megalómana. Culpables son todos los gobiernos centrales, que desde hace cuarenta años, no solamente les han permitido actuar e interpretar de forma sesgada sus competencias y la legalidad, si no que les han dado alas. Han recibido del Estado más atención y ayudas de todo tipo, especialmente económicas, en términos absolutos y relativos, que cualquier otra región o autonomía. Unas veces con el pretexto de que los necesitaban para gobernar, otras para que no se enfaden y los llamen liberticidas o antidemocráticos, la realidad es que han sido los grandes beneficiados del país.
Los catalanes y vascos no nacionalistas, los grandes olvidados y abandonados de todos los gobiernos centrales, saben mejor que nadie, quienes son los principales culpables de su situación: los gobiernos centrales que en este tema en concreto, se han comportado como los medio jembras del castúo. Los no nacionalistas saben, porque lo llevan sufriendo muchos años quienes son los liberticidas: los paranoicos nacionalistas que los acosan, hostigan, silencian y persiguen hasta el catre, constantemente por todas las vías. No solamente a los adultos, también a los niños, lo que es mas sangrante e inhumano; viven una situación insufrible. Para más INRI, los gobernantes de turno les piden que no se aguanten, que no se callen, que pregonen y manifiesten su situación; pretenden que sean más que héroes, que en gran medida lo son, si no mártires. Individualmente eso es imposible, agrupados solo en Barcelona y bastante complicado.
Nuestros políticos-gobernantes siempre han tenido una idea muy peculiar de las emergencias y como abordarlas. Las emergencias son competencia ineludible e indelegable, de la administración: central, autonómica o local, solo a ellas compete afrontarlas y resolverlas, con todas las fuerzas que la magnitud requiera. Delegar en otras instituciones como los jueces y tribunales, para que les saquen las castañas del fuego, es una dejadez grave e irresponsable, propia de los medio jembras.
Con los terroristas-asesinos de ETA, Terra Llure o los Grapo, acabaron la policía y la guardia civil, no las negociaciones políticas o la chapuza de los GAL. Todas estas emergencias más el secesionismo-rebelión catalán, habrían durado muchísimo menos si los gobiernos de Madrid los hubieran atacado con la proporcionalidad debida.
ETA no hubiera sido posible sin el apoyo y ayuda explicita de los nacionalistas y el clero vasco: desde el ínclito Setien, al párroco de la aldea más pequeña. El clero catalán siempre ha estado también con los nacionalistas. Todo el mundo lo sabía pero los gobiernos, no hacían nada, dejaban hacer.
Los políticos que sufrimos, tienen mucha Memoria Histórica, para lo que les conviene, pero son muy flacos de memoria, con hechos históricos transcendentales. En octubre de 1934 se produjeron dos emergencias nacionales: la revolución de Asturias, que el gobierno de la república resolvió mandando allí al ejército, que en una semana acabó con la revolución. La otra fue en Cataluña, cuando el gobierno de la Generalitat proclamó la República Catalana. El general Batet, ha pasado a la historia por ser el militar que resolvió aquella emergencia en pocas horas, sin disparar un solo tiro, cumpliendo órdenes del Gobierno de España. De esas historias no quieren acordarse.
Todos los Ejecutivos Centrales, han utilizado el ejército para resolver emergencias, por ejemplo: grandes incendios o inundaciones catastróficas. Si se hubiera desplegado el ejército, a su debido tiempo, ETA habría durado muy poquito, pese al clero y los nacionalistas; con el ahorro consiguiente de muertos y victimas colaterales. Lo mismo ocurriría con el separatismo catalán. Unos y otros eran y son, tan emergencias como las peores inundaciones e incendios.
Decididamente para mí y muchísimos españoles más, nuestros gobernantes de ayer y de hoy, se han comportado en estas emergencias, como los medio jembras del castúo.
* Ex presidente del Colegio de Médicos de Cáceres