Crisis en el PSC
Navarro presiona para recuperar el puesto que ocupaba Zaragoza
Suma y sigue. El culebrón PSC-PSOE emitió ayer un nuevo capítulo desde Barcelona con Pere Navarro de protagonista. El primer secretario de los socialistas catalanes anunció que, en la negociación para el nuevo protocolo PSOE-PSC, pedirá que su partido vuelva a estar presente en la dirección del grupo en el Congreso.
Suma y sigue. El culebrón PSC-PSOE emitió ayer un nuevo capítulo desde Barcelona con Pere Navarro de protagonista. El primer secretario de los socialistas catalanes anunció que, en la negociación para el nuevo protocolo PSOE-PSC, pedirá que su partido vuelva a estar presente en la dirección del grupo en el Congreso. Su intención es que otro parlamentario catalán ocupe el puesto de secretario general adjunto que dejó vacante el miércoles José Zaragoza tras presentar a Rubalcaba su dimisión después de ser presionado para que así fuera.
«Por el mismo motivo que salió Zaragoza de la dirección no puede entrar ningún otro diputado catalán. Los 14 rompieron la disciplina de voto, con lo que difícilmente pueden formar parte del órgano ejecutivo que cada semana decide el sentido del pronunciamiento político del PSOE en el Congreso». Así de rotunda fue la respuesta de la dirección federal cuando escuchó la demanda de Navarro. Desde Ferraz añaden que bastante benevolencia se ha tenido ya con un PSC al que el resto de federaciones empieza a ver como la principal fuente de inestabilidad para el PSOE. Se refieren, claro a la presencia de los catalanes, en la Ejecutiva Federal, al puesto que todavía ocupa en la Mesa de la Cámara, Teresa Cunillera, otra de las díscolas y sobre todo a la firme voluntad de Rubalcaba de frenar las voces de quienes piden una ruptura definitiva con el partido «hermano». Ambas formaciones trabajarán desde el próximo lunes en un nuevo marco de relaciones para, según declaró ayer la número dos del PSOE, Elena Valenciano, «seguir juntos en la diversidad». La dirección federal pretende que el protocolo esté listo lo antes posible para acallar a quienes desde las federaciones claman por la recuperación de la marca PSOE en Cataluña. Una de las voces más claras en este sentido es la del ex presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que no descarta que el PSOE «pudiera tener presencia en Cataluña con sus cuatro letras». En la misma dirección que el extremeño apuntan desde la «vieja guardia», un sector que carece de poder orgánico pero cuya palabra siempre ha tenido en cuenta Rubalcaba, al menos hasta ahora. No parece que en esta ocasión vaya a ser así, pues la propia Valenciano sostiene que no será Ferraz quien vuele ese puente.
Desde Andalucía, José Antonio Griñán animó ayer a Alfredo Pérez Rubalcaba a recomponer «y no descomponer» la relación con el PSC. Y, aun sabiendo el daño político y electoral que la deriva soberanista de los catalanes hace en el resto de territorios, afeó a quienes demandan la ruptura. «Las mismas voces históricas» que piden refundar el PSOE en Cataluña fueron las protagonistas de que, cuando existía, se convirtiese en PSC», dijo en clara alusión a Txiqui Benegas y Alfonso Guerra.
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