Pacto de no agresión con la Ertzaintza

DURANGO- Como si de un pacto entre el Gobierno vasco y los etarras excarcelados se tratara, la Ertzaintza no se dejó ver ayer en el municipio vizcaíno donde se lanzaba un nuevo desafío al Gobierno. El Departamento vasco de Interior, que tenía que velar por que durante la convocatoria no se produjera ningún acto de enaltecimiento del terrorismo, prefirió ausentarse en un gesto que forma parte de todo el escenario y la representación que tuvieron lugar ayer en Durango, porque el ejecutivo de Urkullu optó por no molestar a los etarras, en lugar de tranquilizar a las víctimas con una presencia policial que al menos hubiera mostrado que, al margen de que el Estado democrático permitiera hablar a los asesinos, al menos ese mismo Estado de derecho tenía en consideración a los familiares de los asesinados.Tampoco hubo en el municipio vizcaíno carteles a favor de los presos etarras, en la escenografía propia de ese mundo cuando les interesa llamar la atención. En el pueblo, sin embargo, se respiraba tensión. No estaban satisfechos de que el municipio estuviera en las portadas de todos los medios y algunos vecinos recordaron que en el pueblo habían asesinado a casi una docena de personas por parte de ETA.