Política

Sevilla

Pacto herido con vista a las elecciones

La fractura abierta entre PSOE e IU por la retirada de competencias en vivienda deja al bipartito al borde de la ruptura y reactiva los planes de un adelanto electoral

Susana Díaz, junto al vicepresidente andaluz Diego Valderas, tras una de sus intervenciones en la sesión de control al ejecutivo que tiene lugar hoy en el Parlamento de Andalucía en Sevilla.
Susana Díaz, junto al vicepresidente andaluz Diego Valderas, tras una de sus intervenciones en la sesión de control al ejecutivo que tiene lugar hoy en el Parlamento de Andalucía en Sevilla.larazon

La certeza del jaque mate, o cuando menos las tablas, es una máxima que caracteriza a Susana Díaz antes de mover sus piezas en el tablero. Susana Díaz, recuerdan en el PSOE –donde conocen bien su ambición– «nunca pierde».

La certeza del jaque mate, o cuando menos las tablas, es una máxima que caracteriza a Susana Díaz antes de mover sus piezas en el tablero. Susana Díaz, recuerdan en el PSOE –donde conocen bien su ambición– «nunca pierde», por más que sea confesa seguidora de un equipo emparentado con aquello del «manque pierda» como el Betis. Todos los escenarios están abiertos y todas las opciones posibles «benefician» a Susana Díaz tras la puesta en escena de la ruptura de facto con IU en la Junta con la excusa de la entrega de pisos a los ocupas de la Corrala Utopía por parte de su socio de Gobierno.

En una «borrachera» de poder como el que aglutina y una apuesta presidencialista tan «brutal», señalan fuentes socialistas, «el partido como tal no existe, ni falta que le hace». Los sondeos le dan una aceptación imposible de superar en menos tiempo, con unos adversarios «semidesconocidos» en la actualidad. La crisis abierta en el bipartito obtuvo la firme respuesta por parte de la presidenta de desalojar de las competencias de Vivienda a la coalición de izquierdas, lo que abre un abanico de posibilidades a corto plazo. En el PSOE se da por seguro que el conflicto le ha venido «de perlas» a la presidenta para marcar distancias respecto a su socio y subrayar quién manda en la Junta. La respuesta de IU, que lejos de romper el pacto se ha agarrado al sillón del poder con declaraciones que han sido una balsa de aceite desde el ámbito institucional, refuerza al PSOE. Las bases de IU, por contra, están indignadas. El pacto no peligra, repitieron los dirigentes de IU como un soniquete. A priori, todo apunta a un anticipo de elecciones, como ya adelantó LA RAZÓN. «Otoño» puede ser la fecha. Las encuestas que maneja Díaz le son «hiperfavorables», no tanto por un ascenso del PSOE sino por un descalabro del PP. En cualquier caso, la mayoría absoluta no la tiene garantizada. Las conjeturas que baraja el aparato de Díaz pasa por que, una vez consolidada su notoriedad –lograda en un tiempo récord–le resultará cómodo presentarse a las elecciones. En el actual punto de la legislatura, con todas las fotos «de recuerdo» ya realizadas –desde el Rey a Botín, pasando por Bruselas–, Susana Díaz cuenta con escaso margen para gobernar. Existe el riesgo cierto de que la ciudadanía perciba que los consejos de Gobierno se limitan a ceses y nombramientos y que la actividad parlamentaria es, siendo generosos, limitada. Al estar en su mejor momento de valoración, la ruptura del pacto con IU y la convocatoria de elecciones es un escenario que le beneficia. Dejar pasar el tiempo supone un riesgo: que Juan Manuel Moreno logre aceptación y el PP movilice a sus votantes y que el votante identifique la recuperación con Rajoy. En caso de que IU se envaine sus propuestas antisistema, Díaz quedará como la mujer fuerte del Gobierno, la voz que manda, con la coalición en el redil. Fuentes del partido señalan como un error pensar que «sería una locura tantas elecciones seguidas» tras las Europeas. Tampoco el argumento principal pasa «por lograr la estabilidad» para Andalucía. El escenario es el de una acumulación de poder inédita, por «desmérito de los que han dejado hueco para que una sola persona los ocupe» –Díaz dirige la Junta, el PSOE en Andalucía y en Sevilla colocó a una persona de su cuerda como Verónica Pérez, a lo que se suma su notoriedad nacional– y «por mérito de ella» al saber manejar los tiempos, las opciones, los dossieres e, incluso, los vídeos, si eran necesarios, para quitarse adversarios del camino. Susana Díaz en el papel de Francis Underwood (Kevin Spacey) de «House of Cards». Intrigas políticas con fotografía de «Arrayán».

El consejero de Presidencia Manuel Jiménez Barrios admitió que «hay dificultades» con IU. «Las arreglaremos si es posible», añadió. El coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, indicó, acerca del decreto que retiraría provisionalmente a la Consejería de Fomento y Vivienda, dirigida por IU, las competencias relativas a la adjudicación de viviendas que «un decreto que no se publica no es un decreto». Díaz sentenció que revisará el decreto «si se recupera la normalidad legal». La comisión de seguimiento del pacto estuvo reunida en el Parlamento doce horas sin éxito y hoy retomará las conversaciones. «Haré todo lo que tenga que hacer para que impere la igualdad, la legalidad y la justicia en Andalucía», defendió Díaz. «Mi Gobierno va a actuar siempre dentro de la legalidad, respetando la igualdad y garantizando la justicia social», reiteró en alusión al presunto intento de prevaricación de IU. El diputado de IU en el Congreso Alberto Garzón acusó a la presidenta de estar «liquidando» el pacto con «la excusa» de la Corrala Utopía para preparar un pacto PSOE-PP y pidió una consulta a las bases. IU mueve. Jaque de Susana Díaz.