Política

La imputación de la Infanta

Paseíllo de fin de semana

La puerta principal de los juzgados de Palma sólo está abierta los días laborables por lo que la Infanta, que declarará en sábado, deberá acceder por la de guardia

Los 40 metros de rampa que conducen a los juzgados de Palma se han hecho mundialmente famosos
Los 40 metros de rampa que conducen a los juzgados de Palma se han hecho mundialmente famososlarazon

MADRID.- La próxima entrada en los juzgados de Palma de Mallorca de la Infanta Cristina ha levantado un considerable revuelo mediático mucho antes de que la hija del Rey ponga un pie en la isla el próximo 8 de febrero para declarar como imputada en el «caso Nóos».

Apenas cuarenta metros tienen la culpa. Los que separan la calle Parellades de la entrada al juzgado de guardia. Una rampa que los imputados tienen que recorrer a pie y que termina en una explanada utilizada como aparcamiento donde esperan las cámaras. Así lo hizo el marido de la Infanta, Iñaki Urdangarín, en sus dos comparecencias ante el juez José Castro, en febrero de los años 2012 y 2013, pese a que en la primera ocasión el juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, le autorizó in extremis, «con carácter excepcional y por estrictas razones de seguridad», a que llegara en coche hasta la misma puerta de los juzgados. Fue la Policía, responsable del dispositivo de seguridad, quien abogó por esa posibilidad esgrimiendo, precisamente, la importancia de tener en cuenta las razones de seguridad.

Lo cierto es que, como sucedió con el duque de Palma, las calles adyacentes a esa entrada trasera a los juzgados estarán cortadas, como es lógico, desde primera hora de la mañana (sólo a vecinos, comerciantes, funcionarios y periodistas acreditados se les permitirá el paso) y, desde la noche anterior, ni siquiera se podrá aparcar en ese área restringida para el acontecimiento. Baje o no a pie la rampa, la Infanta entrará en coche en esa zona de seguridad.

Pero, ¿podría la Infanta entrar por la puerta principal? Así sería, sin duda alguna, si su declaración fuese un día laborable, pero la entrada situada en vía Alemania está siempre cerrada los fines de semana y festivos, cuando sólo permanece abierta la del juzgado de guardia y su ya célebre cuesta. Pero el juez ha citado a Doña Cristina de Borbón un sábado, como a Iñaki Urdangarín. Y es que hace tiempo que el magistrado decidió trasladar al fin de semana las comparecencias de los imputados, para impedir que la agenda de los numerosos abogados personados en el procedimiento supusiese un obstáculo recurrente al avance de la instrucción (los días laborables siempre había algún letrado con algún compromiso ineludible que impedía a Castro señalar en esas fechas para no generar indefensión en sus clientes).

«Todos los imputados que comparecen un día laborable entran por la puerta principal –aseguran fuentes de los juzgados de Palma–; incluso a veces ha pasado que alguno ha intentado hacerlo por la trasera para evitar a las cámaras y no se le ha permitido el acceso».

Sin embargo, fuera de esos días «la única puerta abierta es la del juzgado de guardia, principalmente por motivos de seguridad, porque tampoco se puede tener un vigilante en cada puerta».

Sólo ha habido una excepción, recuerdan esas mismas fuentes: la declaración como imputado del ex presidente balear Jaume Matas, el 23 de marzo de 2010. Pese a ser martes, el político entró a los juzgados a pie por la rampa de la puerta trasera. Se acordó así, subrayan, «por motivos de seguridad, porque de otro modo se tendría que haber cortado Vía Alemania, lo que planteaba muchos más problemas». Y es que esa avenida (con cuatro carriles por sentido y un carril-bus en el sentido que discurre junto a la puerta de los juzgados) es una de las principales arterias de la ciudad, ya que da continuidad al eje que une el paseo marítimo con el centro de Palma. «Es como cortar la Castellana en Madrid», objetan. Ese precedente, y el de las dos declaraciones que hizo Iñaki Urdangarín ante el juez, puede aportar las claves de la futura comparerencia de la Infanta. Esa «pena de telediario» que algunos ven en la imagen de la hija del Rey, y de cualquier otro imputado, bajando por su propio pie la famosa rampa de los juzgados «sería peor si la entrada se hiciese por la puerta principal», insisten. «Es una de las avenidas más importantes, con edificios altos a un lado y al otro y cortar los accesos sería mucho más complicado», añaden las fuentes consultadas.

Por estos motivos, parece improbable que la defensa de Doña Cristina de Borbón pida que su cliente pueda entrar por esa puerta. Lo previsible es que, como sucedió en el caso del duque de Palma, Urdangarín, sea la Policía quien tome la iniciativa y pida al juez decano que permita, por motivos de seguridad, que la Infanta aparezca en coche hasta la misma puerta trasera de los juzgados. Otra cosa será, como es de esperar, lo que decida la Duquesa de Palma finalmente.

La «pena de telediario» de Prenafeta y Alavedra

La llegada de un imputado de renombre a un juzgado siempre viene acompañada de un considerable despliegue mediático. En la Audiencia Nacional, la entrada en furgón de quienes cumplen prisión provisional les ahorra al menos la difusión de su imagen en ese trance judicial. No siempre. En octubre de 2009, los ex altos cargos de la Generalitat Macià Alavedra y Lluis Prenafeta fueron fotografiados a las puertas del tribunal bajando esposados del furgón y recogiendo sus pertenencias en unas bolsas de basura, provocó un aluvión de críticas. El vehículo era demasiado ancho y no cabía por la puerta del garaje, por lo que los imputados tuvieron que echar pie a tierra y dirigirse a los calabozos a la espera de declarar ante el juez Baltasar Garzón por la «operación Pretoria», momento en el que fueron fotografiados. CiU criticó entonces el trato «injusto» recibido por los imputados y la entonces presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, María Eugenia Alegret, censuró esa «pena de paseíllo» que, recordó, «no está prevista en el Código Penal».