Patxi López retrasa su decisión hasta septiembre

¿Y ahora qué?, ¿quién será el primer aspirante en dar el paso?, ¿se presentará Rubalcaba?, ¿pactará Chacón con Madina?, ¿irán juntos los dos vascos?, ¿qué papel jugará Susana Díaz?, ¿quién abandonará la carrera?... Fijada la fecha de las primarias, estas y muchas otras preguntas se suceden ya en el «microclima» socialista. De momento, no hay respuestas porque los actores de esta obra se han conjurado para respetar la consigna oficial de que nadie se mueva hasta después de las europeas. Hasta entones, las cábalas no serán pocas. Cada movimiento, cada declaración, cada visita a un territorio se leerá en clave de primarias, aunque la fiesta no haya empezado.

Ayer, un día después del Comite Federal, uno de los aspirantes, Patxi López, se sentó en el plató de «El Objetivo» de la Sexta para decir que aún no ha decidido nada y que lo hará en septiembre: «No tengo la cabeza en las primarias. A veces se me ha pasado por la cabeza, pero hay que hacer las cosas cuando toca. Ahora toca hacer política. En septiembre diré cuál es mi decisión», respondía a la periodista Ana Pastor.

Ya tenemos, pues, una nueva fecha (septiembre) y también una vigilancia extrema entre los dispuestos a participar en la carrera porque cuando al ex lehendakari se le preguntó por los otros posibles aspirantes se percibió cierto recelo hacia Carme Chacón y sus regresos de Miami. «Cuando aparece muestra una especie de interés... Sus apariciones son muy estratégicas», dijo. De Eduardo Madina se limitó a decir que tiene «un gran perfil», que es amigo suyo y que «lo seguirá siendo haga lo que haga». Lo cierto es que la opinión de López sobre Chacón y su papel en el Comité Federal del sábado fue ayer el tema de conversación de todo el PSOE. Y es que la ex ministra interrumpía por tercera vez en cinco meses su año sabático en Miami para acudir a la cita en la que Rubalcaba desveló al fin la la fecha de las primarias. Y su visita, a juzgar por las lecturas de sus correligionarios, no encandiló sino que concitó el rechazo mayoritario de los presentes.

Tercer regreso y tercer «pinchazo». El primero fue en la Conferencia Política de noviembre donde la expectación por la vuelta a Madrid de la catalana tornó en indiferencia, más allá de las fotografías que le reclamaban –como al resto de aspirantes– militantes y simpatizantes. El cónclave sirvió para cerrar un año de intenso debate con el que el PSOE puso a punto su proyecto, una ambiciosa apuesta renovadora de la arquitectura político-jurídico-institucional de España en la que Chacón no tuvo papel alguno. Y lo mismo pasó en Granada, también en noviembre, cuando no quiso perderse el congreso regional de Andalucía que coronó a Susana Díaz. La ola de «susanismo» que inundó los dos días del cónclave la ciudad de la Alhambra tiñó de gris hasta la habitual chaqueta roja de la ex ministra, que tomó el avión de regreso a Miami sin haber sido siquiera mencionada por quienes desde la dirección federal o la andaluza desfilaron por el atril durante dos días. Como dice un destacado socialista, Chacón «gana encuestas, pero pierde el PSOE». El sábado hizo otro intento que resultó baldío con una intervención que molestó a propios y extraños sobre el reglamento de primarias y el procedimiento seguido hasta su aprobación. Acusó de forma velada a Rubalcaba de querer evitar una participación masiva en la consulta , se quejó de la ausencia de un debate previo y, al final, votó por asentimiento a favor de la aprobación del texto. Salvo José María Barreda que se abstuvo en la votación del Reglamento, «no le siguieron en la estrategia ni los suyos», apunta un secretario general decepcionado y molesto con la actitud de la ex ministra, que llama además la atención sobre el hecho de que Chacón no hiciera mención alguna al problema catalán dentro del cónclave y sí a la salida ante los micrófonos de la Prensa para apuntar como «gran solución» una «conjunción de afectos».

Como el anterior, otros dirigentes consultados cuestionaban la «calculada» estrategia de la ex ministra, quien pese a todo confía ciegamente en sus posibilidades para liderar el PSOE. Carme Chacón no dará un paso, dicen en su entorno, hasta que acabe el curso académico en la universidad de Miami en la que imparte clases, pero lo dará seguro. Hasta entonces, seguirá la actualidad política de España, vigilará los movimientos en el PSOE, escrutará los pasos de sus posibles rivales, formará equipos, medirá apoyos mediáticos y orgánicos... Lo mismo que hacía antes de dejar su escaño.