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Garzón sepulta a IU por nueve escaños

Firma un preacuerdo con Iglesias por el que recibirán un diputado por cada seis de Podemos el 26-J.

Pablo Iglesias y Alberto Garzón en las fotos publicada en Twitter
Pablo Iglesias y Alberto Garzón en las fotos publicada en Twitterlarazon

Firma un preacuerdo con Iglesias por el que recibirán un diputado por cada seis de Podemos el 26-J. Las bases votan desde hoy sin saber quiénes irán en las listas ni las siglas con las que concurrirá la formación.

Podemos e Izquierda Unida llegaron por fin ayer a «un preacuerdo electoral» que les permitirá confluir el 26 de junio y unir sus fuerzas para desbancar al PSOE como fuerza de referencia en la izquierda. El pacto –anunciado al filo de las ocho de la tarde en una nota de prensa conjunta– se selló a tiempo para que ambas formaciones consulten a sus bases según el calendario previsto, es decir, hoy y mañana. De no haber sorpresas, los resultados serán hechos públicos el jueves y, al día siguiente, será registrada en la Junta Electoral una coalición que nace con el objetivo confeso de hacer historia y de que, por primera vez desde la Transición, la izquierda rupturista suplante a la reformista.

Sin embargo, aunque el pacto es ya un hecho, el contenido del mismo sigue envuelto en un halo de indefinición y generalidades que supone, de facto, un cheque en blanco de IU a Podemos. La comunicación del pacto fue concebida más como un acto de campaña en el que debían primar los eslóganes y la imagen que como un acuerdo con contenidos programaticos claros. Prueba de esta escenificación es que, minutos después de que se lanzara la nota de prensa, la cuenta de Twitter de Podemos publicaba un vídeo en el que Pablo Iglesias informaba a las redes: «Hoy es día especial. Hoy es un día histórico». El vídeo mostraba al líder de Podemos caminando por la Puerta del Sol de Madrid, escenario de las emblemáticas manifestaciones del 15-M en las que se gestó Podemos. «Para poder ganar hay que sumar a mucha gente. Para que la ilusión se convierta en el motor político que haga posibles los cambios, hay que sumar», dice Iglesias mientras camina al encuentro de Alberto Garzón, con el que finalmente se funde en un abrazo. «Como decía Aníbal de “El Equipo A’’... me encanta que los planes salgan bien’’», es su frase final en este primer spot electoral. En lo que previsiblemente será un adelanto de la tónica general de campaña, el protagonista indiscutible del vídeo fue el candidato de Podemos, Pablo Iglesias, que eclipsó a un líder de IU que apenas intervino para convocar a las bases de ambos partidos a participar en la consulta sobre la confluencia.

Minutos después los servicios de prensa de Podemos e IU comunicaron un breve documento en el que se exponían los contenidos del acuerdo... o, mejor dicho, la ausencia de acuerdos. Bajo el epígrafe «Acuerdo Podemos-IU», se informaba de que el nombre de la coalición está «aún por decidir» pero que, en cualquier caso, se incluirá «una relación de todos los partidos que la integran». El espinoso tema de la confección de las listas electorales en las distintas coaliciones electorales también queda completamente abierto, según el comunicado. Lo único que se especifica es que «el acuerdo toma como referencia los resultados del 20-D y estima el posible resultado de la coalición aplicando la suma de los votos obtenidos por cada una de las organizaciones en el pasado proceso». Sobre esta optimista premisa –precisamente contra la que ha alertado hasta la saciedad Íñigo Errejón– se estima un resultado de 58 escaños para la coalición. Las listas, continúa el documento, «se confeccionarán las listas de cada circunscripción de tal manera que unos resultados electorales similares a los del 20-D arrojen una proporción de 1 a 6 en el previsible resultado final de escaños». Esta proyección otorgaría entre 9 y 10 diputados a IU, menos de los 12 que había anunciado Garzón al comienzo de las negociaciones. El comunicado es igualmente parco a la hora de dar pistas sobre como será el reparto de escaños en el Senado. Sólo se especifica que Izquierda Unida-Unidad Popular, contará con 4 senadores. Una cosa sí queda clara, IU contará con su logo en las papeletas: «El acuerdo garantiza la visualización de las imágenes y logos de cada organización en los materiales de comunicación que cada fuerza quiera utilizar en su campaña, así como en las papeletas de votación», reza textualmente el acuerdo.

La descripción del contenido del pacto está explicada de manera deslavazada en el preacuerdo entre Podemos e IU. Difícilmente puede sorprender a alguien que el «programa marco» de la coalición tenga un «fuerte contenido social». Tampoco es novedoso que se incluyan puntos como la «recuperación de derechos, derogación de leyes injustas, lucha contra la corrupción, defensa de los servicios públicos y dignificación de las condiciones de vida de la ciudadanía». La línea rupturista con el espíritu de la Transición sí que queda explicitada sin ambages: «Podemos e IU aspiran a un nuevo marco constitucional que ponga al ciudadano o ciudadana en el centro de la vida política».

Pero aún quedaba un último «show». El lugar elegido para escenificar definitivamente el acuerdo y de paso dar comienzo a la pre-campaña electoral, fue la «sala Mirador» de Madrid, lugar donde hace tres años, ya coincidieron ambas formaciones en las elecciones europeas. Iglesias se arrancó convencido de ganar las elecciones al PP y confió en la «ilusión» de la gente para que esta segunda vuelta sea «el motor del cambio». «No es tanto un acuerdo entre dos organizaciones sino con la gente», explicó Iglesias. Sin líneas generales del acuerdo que explicar a los medios de comunicación, y delegando estas cuestiones a los secretarios de organización de ambos partidos, Iglesias aseguró que el principal objetivo es el de «servir a las clases populares». Otra de las incógnitas desde que se dieron a conocer las negociaciones entre ambos partidos fue la de el número en la lista que ocupará Garzón, a lo que el líder de IU contestó, también, que serán los negociadores los que lo expliquen, que lo que «les une es el deseo de servir a nuestro pueblo» y que la campaña electoral estará marcada por este tipo de actos, y aseguró que las bases van a tener disponibles para la votación «toda la información posible». Así también se mostró confiado en que las bases de IU darán un «rotundo sí» al acuerdo. El nombre de la confluencia sigue siendo un «secreto», a escasos días de registrar la confluencia en el Congreso. Iglesias aseguró que «aún no hay una decisión tomada». El líder de Podemos recalcó que consideraban al PSOE un «aliado» y que van a «seguir tendiendo la mano al PSOE para hacer un Gobierno de coalición progresista». Sin referencias al acuerdo, Garzón zanjó diciendo que la gente por la calle «no le pregunta por nombres, siglas, ni dinero» sino de la «esperanza de cambiar este país» y «echar al PP y C’s» y «unir fuerzas y construir una sociedad más justa» que es de lo que aseguran hablarán en campaña.