Debate de investidura

Políticos sin vacaciones o vacaciones sin políticos

Rajoy vuelve el lunes a su despacho, Sánchez estará en Mojàcar, Rivera no sabe e Iglesias no contesta

Mariano Rajoy, acompañado por José Benito Suárez, marido de Ana Pastor, y el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda
Mariano Rajoy, acompañado por José Benito Suárez, marido de Ana Pastor, y el vicepresidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Ruedalarazon

¿Vacaciones de verano? «Pocas nos merecemos y pocas vamos a tener». Estas declaraciones del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, resumen a la perfección el panorama estival de nuestros políticos. La inestabilidad alimentada por su incapacidad para llegar a acuerdos y formar gobierno ha sumido a España en una situación de bloqueo que se extiende hasta unos meses que tradicionalmente han sido inhábiles desde el punto de vista parlamentario y que ahora bullen con una actividad inusitada en la Carrera de San Jerónimo. Rondas de contactos, negociaciones y posibles acuerdos para la investidura aderezarán el mes de agosto, sin dejar apenas hueco para el asueto playero o de interior de los líderes de los principales partidos.

Con el encargo del Rey, Mariano Rajoy ya es formalmente candidato, por lo que el Gobierno no tendrá vacaciones. Reunirá al Consejo de Ministros, como ya hizo el pasado viernes, y continuarán el 12, 19 y 26 de agosto. Además, el presidente en funciones mantendrá contactos durante esta semana con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con la intención de volver a citarse en el Congreso de los Diputados esta semana, aunque aún no hay fecha cerrada. La enrevesada situación política le tendrá en su despacho monclovita, donde se trabaja a marchas forzadas para desatascar el delicado momento. De hecho, tampoco su equipo tiene vacaciones. Es por ello que este año Rajoy no arrendará la casa rural de Ribadumia, en Pontevedra, donde ha pasado los últimos veranos. Como mucho, él y su familia se han dado un respiro de fin de semana en su tierra. Estuvo en Sanxenxo, donde se le pudo ver con el marido de Ana Pastor, José Benito Suárez, dando una larga caminata por Pontevedra. Aunque, por motivos de seguridad, en esta ocasión no se queda en su apartamento que tiene frente a la playa del Silgar, y es posible que esté en la casa de alguno de sus hermanos, cuyo apartamento está más alejada de la primera línea de playa.

Por su parte, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, no ha esperado al mes de agosto para escaparse a descansar. Desde que se celebraron las elecciones generales, el secretario general socialista ha aprovechado los fines de semana para desconectar fuera de Madrid. Inmediatamente después de que se produjeran los comicios, Sánchez pasó unos días junto a su familia en Mojácar (Almería). Cuatro jornadas fuera del foco mediático que desconcertaron dentro y fuera del PSOE y de las que este diario hizo un exhaustivo seguimiento. Sánchez también estuvo en Benicàssim disfrutando de los conciertos de algunos de sus grupos favoritos –como Muse o La Habitación Roja– en el FIB y se escapó a La Rioja con familiares y a León, donde sus hijas participaron durante el mes de junio en el campamento multiaventura bilingüe de Jesús Calleja («Desafío extremo»). Según fuentes de su entorno, el líder socialista pasará el mes de agosto en Madrid, aunque aprovechará los fines de semana para trasladarse a Mojácar, donde su mujer y sus hijas estarán instaladas durante el verano. «No está la situación como para cogerse vacaciones», reconocen a LA RAZÓN estas mismas fuentes, que –sin embargo– advierten que el partido estará en «modo baja intensidad», porque «no nos corresponde a nosotros llevar el peso de la actividad».

Al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, la situación política le ha dejado sin descanso estival, por ahora. Fuentes del partido aseguran a este periódico que «no saben nada de vacaciones». Rivera, que vive entre Madrid y Cataluña, lo que sí hará será aprovechar algún fin de semana para estar con su familia y su hija Daniela, a la que siempre le gustaría dedicar más horas de las que le roba la política. El ex jugador de waterpolo es un enamorado de Menorca, Cádiz y su tierra, Cataluña, pero la situación política actual le mantiene pendiente de la investidura, las reuniones de trabajo, el teléfono... Así que por ahora no tiene muchos planes hasta ver cómo se resuelve la situación política.

Este diario se ha puesto en contacto con Podemos para conocer los planes de Pablo Iglesias, pero desde su entorno se han negado a facilitar ningún tipo de información. Más proclives se muestran en Izquierda Unida, donde reconocen que lo ajetreado del panorama político obligó a Alberto Garzón a cancelar un viaje que tenía previsto realizar en julio a Italia. En la última quincena de agosto viajará a Málaga, aunque estará «pendiente del teléfono» por si la actualidad política requiriera su presencia en Madrid.

En el Congreso, sin embargo, los diputados rasos han hecho la lectura contraria a Garzón, pues entienden que la previsible negociación que iniciará Mariano Rajoy de cara a su investidura permite unas cortas vacaciones durante la primera quincena, ya que no prevén actividad ordinaria al menos hasta la segunda mitad de agosto. Después de semanas de incertidumbre y de espera, el pasado viernes muchos diputados y también trabajadores del Congreso se han apresurado a improvisar planes de descanso al menos para unos días, según confirmaron a Servimedia fuentes de la Cámara.

Algunos grupos parlamentarios confirman que sus principales responsables estarán «de guardia» para seguir con atención la evolución de los acontecimientos y responder a cualquier movimiento de una posible negociación que se pueda abrir. Así, dan por hecho que responsables del PP, del PSOE, de Ciudadanos y de otros partidos seguirán en la Cámara baja, trabajando en primera línea. Sin embargo, muchos diputados de base, funcionarios y personal laboral del Congreso interpretan esa negociación como un respiro, porque incluso en el caso de avanzar no implicará actividad parlamentaria a corto plazo. El puente de mitad de agosto parece el horizonte que muchos marcan como inicio de cualquier movimiento en el que esa negociación pueda cristalizar en la convocatoria de actividad parlamentaria. Antes, dicen, podrá haber reuniones, alguna diputación permanente y convocatorias ante los medios, pero no actividad ordinaria que requiera la presencia del grueso de los parlamentarios.