Barcelona

Prisión para la yihadista que enseñó a su hijo a decir «degüello al policía y voy»

El furgón que traslada a la joven marroquí residente en España, Samira Yerou, a su llegada a la Audiencia Nacional. EFE/Juan Carlos Hidalgo
El furgón que traslada a la joven marroquí residente en España, Samira Yerou, a su llegada a la Audiencia Nacional. EFE/Juan Carlos Hidalgolarazon

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu envía a prisión a Samira Yerou, de 32 años, por un delito de pertenencia a organización terrorista, penado de 6 a 12 años de cárcel, ante el "elevadísimo"riesgo de fuga.

Utilizó a su hijo de tres años para demostrar al Estado Islámico (EI) su compromiso con el ideario yihadista. Samira Yerou –la ciudadana marroquí detenida el pasado sábado en el aeropuerto de Barcelona cuando trataba de viajar a Siria con su pequeño para unirse al grupo terrorista– hizo repetir por teléfono a su hijo, de nacionalidad española, consignas yihadistas para acreditar ante su interlocutor, un terrorista del EI, su fidelidad a la organización. «Degüello al policía, y voy», «quiero ir con los muyahidines», repitió el niño, Mohamed, aleccionado por su madre.

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu acordó ayer el ingreso en prisión incondicional de Samira Yerou por un delito de integración en organización terrorista, el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), ante el «evidente riesgo de fuga». La mujer fue detenida el 24 de diciembre del pasado año cuando intentaba cruzar la frontera de Turquía en dirección a Siria.

Desde el momento de su detención, Samira, residente en Rubí (Barcelona), realizó desde Turquía numerosas llamadas a miembros del Estado Islámico, así como a otras mujeres que sí consiguieron cruzar la frontera. En una de esas conversaciones interceptadas, la mujer habla con Omar Seif, «destacado miembro del grupo terrorista» –encargado de facilitar el paso de la frontera a los voluntarios del EI)– a quien intenta convencer de su compromiso poniendo al teléfono a su hijo. Éste es el extracto de parte de esas conversaciones:

–Samira (S), a su hijo: dile «degüello al policía y voy».

–Mohamed: degüello al policía...

–Samira: ¿cómo le vas a hacer? así... «gjjjjjj»... Ah. Va a degollar al policía e irá a verte...

–Omar: ah.

–Samira: sí... (se ríe).

–Mohamed: gracias a Dios. Aló, aló.

–Omar: aló, aló.

–Mohamed: gracias a Dios.

En una segunda conversación, el diálogo se produce así:

–Mohamed: te echo de menos ... quiero ir con los muyahidines.

–Omar: ¿ah?

–Mohamed: voy a ir con los muyahidines.

–Samira: dice que quiere ir donde los muyahidines.

–Mohamed:... los muyahidines...

–Samira: ¿quién es nuestro emir?... nuestro emir... Abu baker Al Baghdadi.

–Mohamed: ... Abu baker Al Baghdadi... Con los muyahidines... con que matan.

–Omar: se ríe.

–Samira: ¿le has escuchado?

–Omar: ah. Le he escuchado.

–Samira: dice que quiere ir donde los muyahidines porque tienen cuchillo con que degüellan (se ríe).

–Omar (se ríe): que Dios le ayude.

–Samira: él sólo quiere lo del cuchillo y el degollamiento... eso es lo que quiere...

–Omar (se ríe): que Dios le ayude... gracias a Dios, gracias a Dios... Que Dios os ayude, cariño... Que Dios os ayude...

–Samira: amén. Ruega a Dios por nosotros.

En la resolución en la que el juez Andreu envía a Samira a prisión, el magistrado sostiene que la mujer forma parte del aparato de captación, radicalización, adoctrinamiento, traslado y envío de voluntarios del EIIL desde Europa y Marruecos a Siria e Irak. Samira se empezó a radicalizar, asegura el juez, desde el verano de 2013 y a partir de marzo del pasado año se prodigó en llamadas internacionales con interlocutores de Siria e Irak, Emiratos Árabes, Arabia Saudí y Jordania, unos contactos que se «multiplicaron» desde el pasado verano.

Detenidos en la frontera

Tras viajar a Marruecos, donde extrajo unos 2.000 euros de una cuenta a su nombre en un banco marroquí, y retirar 2.500 euros más en diciembre de 2014, compró dos billetes a Estambul, adonde madre e hijo llegaron el 16 de diciembre. Allí se puso en contacto con Abu Ghada, integrante del Estado Islámico, y contacto de los voluntarios con la organización terrorista, a quien había conocido a través de las redes sociales. Éste les facilitó dos billetes de autobús a Gaziantep, donde otra persona les conduce, junto a otros voluntarios, a la frontera con Siria en Kilis, donde fueron detenidos.

En el centro de detención, afirma el juez, la organización terrorista le facilitó un abogado y estuvo al tanto de las incidencias de su proceso hasta que fue entregada a España el pasado sábado. Andreu dice que sus «importantes contactos en una organización terrorista de carácter transnacional» hacen «elevadísimo» el riesgo de fuga.