Navarra
Proetarras expertos en artes marciales estaban entre los agresores de los guardias civiles
El teniente y el sargento de la Guardia Civil de Alsasua, así como sus parejas, que fueron agredidos por 40 proetarras a la salida de un bar de Alsasua, en Navarra, han identificado de forma indubitada a una docena de los individuos que les atacaron. Entre ellos, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación, hay varios que son expertos en artes marciales. Las pesquisas las realiza la Policía Foral (se ha destacado la labor de los dos primeros agentes de este cuerpo que llegaron al lugar de los hechos y que con su acción evitaron que se consumara el linchamiento), apoyada en todo momento por la Guardia Civil. El informe que se prepara trata de demostrar ante la jueza competente en este caso, salvo que prospere la querella que por terrorismo ha presentado Covite en la Audiencia Nacional, que a los autores de la agresión les movía un sentimiento de odio hacia la Guardia Civil y que, por lo tanto, se les debe aplicar la legislación correspondiente a este tipo de delitos.
Si los identificados son detenidos o no dependerá de lo que decida la jueza y la Fiscalía. El arresto se podría producir en los próximos días ya que las pruebas contra los agresores son numerosas y, si se acordaran determinadas diligencias, se podría acreditar quiénes fueron los que propinaron determinadas patadas a los agentes. Además, cuando estaban en el suelo, sin posibilidad de defenderse, les escupieron. El hecho de que algunos de los proetarras sean expertos en artes marciales confiere a los hechos una especial gravedad ya que, por lo que se sabe hasta ahora, se produjo una sucesión de acontecimientos que hacen pensar en cierta premeditación, eso sí tomada sobre la marcha.
Uno de los cabecillas de la organización «Ospa Eguna», («Día de la Huida»), dentro de la campaña «Alde Hemendik» («Fuera de aquí»), J. U. G., que tal y como adelantó este periódico fue uno de los dos detenidos por la Policía Foral, conoció, directamente o a través de terceros, la presencia en el bar «Koxka» del teniente del acuartelamiento de Alsasua.
Este oficial había frenado algunas de las iniciativas que contra la Guardia Civil organizó J. U. G. y su grupo. La última, el pasado 12 de octubre, cuando, junto a otros siete elementos, se plantó en la puerta de la iglesia donde se celebraba la misa en honor de la Virgen del Pilar, Patrona de la Benemérita, y empezó a increpar a los asistentes.
Asimismo, el teniente le había abierto las correspondientes diligencias por ser el organizador del último «Ospa Eguna».
Según todos los indicios, fue J. U. G. uno de los que participó en las hostilidades contra los guardias civiles y sus parejas. Al salir del bar se encontraron con el grupo de 40 proetarras a los que alguien habría llamado y entre los que figuraban los expertos en artes marciales. La voluntad de hacer el mayor daño posible a los agentes quedaba clara y, si no hubiera sido por la actuación de los dos agentes de la Policía Foral que llegaron los primeros al lugar de los hechos, podría haber tenido probablemente consecuencias irreparables.
Tal y como publicó LA RAZÓN, cuando los forales detuvieron al cabecilla de «Ospa Eguna» tuvieron que enfrentarse hasta en tres ocasiones con el resto de agresores.
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