Negociaciones
El PSOE deja a Junts para el final en los Presupuestos
El Gobierno sí ha abierto la ronda de negociaciones con Bildu, PNV o ERC, mientras. Los de Puigdemont avisan de que tras la investidura de Illa la relación con Moncloa ha ido "a peor"
La relación entre PSOE y Junts puede definirse como un tira y afloja continuo en esta legislatura. Y en plena montaña rusa, ahora, ambos partidos se encomiendan a una nueva negociación tortuosa en la que el resultado no está claro, ni mucho menos cerrado.
Los Presupuestos Generales del Estado son el nuevo asunto que volverá a medir la fuerza del Ejecutivo de coalición, que si bien, ya asume una prórroga presupuestaria como el menor de los problemas, volverá a suponer una nueva derrota parlamentaria para un ejecutivo en minoría. Y en esta empresa, lejos de buscar los socialistas aunar cuanto antes el voto favorable de sus socios, las conversaciones se suceden despacio e incluso, son inexistentes con algunos socios, a pesar de la debilidad parlamentaria.
El Gobierno ya ha empezado la ronda de negociaciones con algunos de los grupos parlamentarios de los que necesita su «sí» el próximo 26 de septiembre para aprobar los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública. Fuentes de Bildu, ERC y PNV confirman que desde el Ejecutivo ya se han comunicado con ellos para reactivar las negociaciones, aunque prefieren optar por la discreción sobre el contenido de las reuniones para preservar un futuro acuerdo.
Sin embargo, uno de los grupos imprescindibles para que salgan adelante las cuentas públicas todavía no ha recibido ninguna llamada. Los siete votos de Junts todavía no han sido tanteados por parte del Gobierno, según explican fuentes del partido independentista, que, detallan, no han intercambiado ningún papel con el Gobierno, ni tampoco tienen agendadas reuniones con la parte socialista del Gobierno, en lo más inmediato. «Si necesitan los votos tendrán que negociar», aseguran en el entorno del partido, donde, a pesar de haber tumbado ya en julio la primera senda de déficit del Gobierno, se confiesan «dispuestos a negociar». Las mismas fuentes admiten que las relaciones con los socialistas no pasan por el mejor momento sino que «han ido a peor» desde la investidura de Salvador Illa tras el acuerdo entre ERC y el PSC, que bloqueó cualquier posibilidad para que Carles Puigdemont optase a la presidencia de Cataluña. De momento, Junts también es reacio a esa negociación con el Gobierno. El secretario general del partido, Jordi Turull, alertó ayer de que el PSOE ha creado un «contexto que hace muy complicado» el apoyo de su formación a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025, que achaca al incumplimiento de los acuerdos. Según explicó en una entrevista en La 2, el balance de los acuerdos entre Junts y el PSOE no es «para tirar cohetes». Precisamente ayer Junts acabó tumbando la admisión a trámite de la ley para regular los precios de la vivienda de temporada, a pesar de haber comunicado en un principio su abstención para que la ley siguiera su debate en el Congreso. De nuevo, los de Junts, asestaron un nuevo golpe al Gobierno -concretamente a Sumar- y dejaron claro que eran imprescindibles para que la Legislatura continue adelante.
En el PSOE, por su parte, son menos negativos y rebajan las amenazas constantes de Junts de tumbar los Presupuestos, aunque, eso sí, avisan de que no negociarán a la vez en esta mesa otros asuntos. Y es que Junts busca conseguir el traspaso de las competencias en inmigración para Cataluña antes de 2025, algo que la parte socialista rechaza incluir en la negociación. «En los presupuestos se habla de presupuestos, no de otra cosa», sostiene una fuente socialista que reconoce, a su vez, que no cuenta a día de hoy con la predisposición de Junts para aprobar los Presupuestos. «Con ellos nunca se sabe, es siempre hasta el último minuto», se revuelven en el PSOE.
El precio del voto a favor de Junts será alto a pagar por parte del Ejecutivo, según asumen tanto en Moncloa como en el Congreso los distintos partidos políticos que forman parte del bloque de la investidura. Desde parte de estos grupos se busca forzar a Junts a que apoye las cuentas públicas con el objetivo de garantizar la continuidad de la legislatura. «Es pegarse un tiro en el pie bloquear los Presupuestos», se quejan en el socio minoritario de la coalición de Gobierno, donde en los últimos días han elevado la presión sobre el ala socialista en Moncloa para cerrar los presupuestos en la pata gubernamental. Una negociación fructífera en el seno de Gobierno es muy importante para Sumar en medio de su declive electoral. Sumar presentó este lunes una amplia batería de medidas fiscales para elevar la recaudación en 27.000 millones como gran apuesta. Un plan que, de momento, no ha recibido el «ok» del PSOE.
Quien de momento tampoco ha recibido ninguna señal para empezar a negociar es Podemos, según explican fuentes parlamentarias. Los morados ya han advertido en varias ocasiones que la legislatura «está muerta», sobre todo después de que los socialistas dieran el visto bueno a la renovación del CGPJ de la mano del PP. El partido ve «insostenible» al Gobierno y ya ha alertado de que si no se aprueban los Presupuestos, la posibilidad de que se adelanten las elecciones generales es real.
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