Iñaki Zaragüeta
Puig impone elecciones a Oltra
El presidente se enfrenta a su socia de gobierno y convoca a las urnas coincidiendo con las generales. Busca el «tirón de Sánchez» en un momento en que Compromís está en horas bajas. «Ha tomado la decisión con medio Consell en contra», aseguró la vicepresidenta.
El pleno del Consell ha dado luz verde al adelanto electoral. Sin embargo, todos los consellers de Compromís se han mostrado en contra.
La Comunidad Valenciana tendrá un calendario electoral propio que permitirá dar mayor voz al discurso valenciano. Este es el principal argumento defendido ayer por el presidente de la Generalitat, el socialista, Ximo Puig, para adelantar al 28 de abril las elecciones autonómicas.
El jefe del Consell apuró al máximo los tiempos y ha pasado en pocas semanas de asegurar que el adelanto era «posible pero no probable» a defender con firmeza esta decisión, incluso con la opinión en contra del partido que le llevó a la Presidencia de la Generalitat en 2015, Compromís.
Los plazos obligaban a que hoy mismo convocase al pleno del Gobierno valenciano para que acordase esta decisión. Así lo recoge el Estatuto de Autonomía de la Comunidad, que al mismo tiempo le otorga al presidente de la Generalitat esa prerrogativa.
Previamente, a las once de la mañana llamó a la vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, a una reunión en la que le comunicó su intención. Posteriormente, se confirmaba la reunión del pleno del Consell. Se abría así el segundo acto de un día que mantuvo en vilo a la clase política valenciana.
La entrada de los miembros del Gobierno valenciano ya dio para mucho. El presidente esperaba dentro del Palau de la Generalitat mientras que los consellers hacían entrada en dos grupos, por una parte los de Compromís – con Oltra a la cabeza– y por otra, los socialistas. La llegada por separado no era casual. Era la imagen de un Consell que se rompía en dos en los últimos compases de una legislatura y que además, no hacía nada para ocultarlo.
Oltra ya había dejado claro que estaba en contra de esta decisión. De ahí, que durante el transcurso de la reunión manifestase que los cinco consellers de Compromís se oponían y que solo imponiendo el voto de calidad que se le reconoce al presidente se podía dar por válida la decisión.
A partir de este momento, la versión de los hechos que dan Puig y Oltra, así como los argumentos a favor y en contra, evidencian que la relación entre ambos será muy difícil de reconducir.
Puig insistió en que la Comunidad Valenciana continúa siendo, en muchos aspectos, «invisible» para el resto de España y que, aunque el hecho de sumarse a las generales quitará protagonismo a los problemas valencianos, esta decisión ya está dando un protagonismo inusual a la política valenciana en el ámbito nacional.
«Es un viejo sueño de los progresistas y los demócratas», dijo, y llegó a calificar de histórica esta decisión que asume como propia. Al margen de esta reflexión sobre la importancia de las señas de identidad valencianas, deslizó otro argumento más estadístico y que ha sido determinante. Los estudios confirman que la participación es más alta en las elecciones generales, «a mayor participación, mayor legitimidad», aseguró, obviando que confía en que el voto socialista sea también mayor.
Además, ensalzó las bondades del pacto con Compromís, apoyado por Podemos, y confesó que confía en repetirlo la próxima legislatura.
Argumentos todos que fueron rechazados uno por uno por una Mónica Oltra que no ocultó su enfado. Advirtió sobre las lagunas legales de la convocatoria y rechazó de plano que se pueda hablar más de los problemas de los valencianos si se suma la convocatoria autonómica a la de carácter nacional. «El presidente ha tomado esta decisión con la mitad de su Consell en contra. Es la primera de las más de 5.500 medidas que ha tomado este Gobierno que se hace de esta manera».
Oltra echó en cara que el presidente hubiese cambiado de opinión en poco más de 15 días y aseguró que ambos acordaron que no había razones políticas para adelantar las elecciones autonómicas. «Se ha olvidado de los 450.000 votantes que respaldaron a Compromís» y realizó un relato cronológico de la jornada en el que se evidenció que Puig únicamente se comunicó con ella para cumplir los cauces reglamentarios.
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