España
Puigdemont, juguete roto
La situación en el seno de Junts per Catalunya es peor de la que esperaban los fieles de Carles Puigdemont. Los enredos en la campaña no paran desde el primer día. Mientras los presos -Sánchez, Rull, Turull y Forn- pedían no poner líneas rojas a la investidura de Sánchez, la candidata Laura Borràs apostaba por el bloqueo. Tuvo que salir Puigdemont a imponer su criterio: sin autodeterminación Sánchez no tiene nada que hacer. O sea, bloqueo.
Apenas unas horas después, la flamante candidata, la mencionada Laura Borràs, negaba que los presos pidieran indultos porque ella sólo veía la absolución como única opción válida. Sin embargo, “la reina de los charcos” ponía en evidencia que no se había leído su propio programa en el que se puede leer que JxC aboga por un indulto, así de simple y claro. Intentando salir airosa, sin conseguirlo, la señora Borràs dijo que “el programa se había escrito muy deprisa”.
Con estos antecedentes, se entiende que los holligans de Puigdemont fijen su objetivo en ganar las europeas, para vencer a su enemigo íntimo: Oriol Junqueras, candidato de ERC. Su gran soflama es que un Puigdemont eurodiputado tendrá inmunidad y pondrá en evidencia a la justicia española y, más importante, pondrá de manifiesto la represión del Estado Español a los ojos de Europa. Un remake de las elecciones del 21 de diciembre, donde Junts per Catalunya pedía el voto para el president, porque sólo así un Puigdemont reelegido podría volver a España. Aún lo estamos esperando.
Esta soflama ha caído como un castillo de naipes por culpa del “malvado” Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo. La culpabilidad de Tajani radica para los independentistas hiperventilados de Puigdemont en qué ha encargado un informe a los servicios jurídicos de la cámara europea. Este informe da al traste con el discurso de JxC. Puigdemont no tendrá inmunidad hasta que recoja su acta en Madrid y acate la constitución. O sea, no será eurodiputado, tendrá inmunidad como eurodiputado, hasta que venga a España a recoger su acta. O sea, que le seguiremos esperando.
Junts per Catalunya ha reaccionado de forma furibunda para intentar convencer a sus votantes que esta acción está orquestada por los populares europeos y por un Tajani que reivindica la figura de Mussolini, como si Tajani tuviera influencia en los servicios jurídicos de la cámara. Como en el cuento del rey desnudo, hasta los suyos se dan cuenta que Puigdemont es un juguete roto, que ya no sirve, pero morirá matando.
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