Pujol, ante su declaración: «Hay que mover la fibra»

El ex president comparece hoy para intentar explicar el origen de su fortuna oculta. Acudirá a la Cámara con una máxima: proteger a sus hijos y no dañar a Convergencia.

Lo único que puede hacer Jordi Pujol i Soley es no moverse del comunicado que difundió. Ésta es la tesis compartida en sectores jurídicos y políticos catalanes ante la inminente comparecencia del ex presidente de La Generalitat en el Parlamento de Cataluña. Un hecho inédito, salpicado por el cerco judicial a su familia y la firma del decreto sobre la consulta soberanista. Según fuentes del entorno de los Pujol, la declaración del fundador de Convergencia Democrática se sustenta en dos pilares, uno de estricta base jurídica, muy trabajado con esmero por su equipo de abogados, y otro de fuerte cariz emocional. En este sentido, Pujol intentará un discurso sentimental hacia la identidad catalana, basado en la frase que algunos de sus íntimos le han aconsejado y que él está dispuesto a llevar hasta el final: «Hay que mover la fibra». Es decir, probar su inocencia y denunciar un ataque sin precedentes a Cataluña.

Desde su última aparición pública, en la que fue increpado por ciudadanos y acosado por medios de comunicación, las puertas y ventanas de su domicilio en Barcelona siguen cerradas a cal y canto. El paradero del patriarca ha sido un misterio, si bien en su entorno se admite que ha estado fuera de la Ciudad Condal y en delicado estado de salud. Por el contrario, su mujer, Marta Ferrusola, y varios de sus hijos, en concreto Jordi, Pere, Oleguer, Marta y Mireia, fueron vistos en los Juzgados de Andorra para ratificar su querella por vulneración de secreto bancario, base de su estrategia defensiva. En ella se denuncia la obtención ilícita de pruebas, y la filtración de datos sobre sus cuentas bancarias y su posterior remisión a la UDEF. La esposa y los hijos de Pujol llegaron al Juzgado número 4 andorrano en coches individuales y se les permitió acceder por una puerta trasera. No obstante, a algunos de ellos se les pudo ver en un hotel de Andorra la Vella, donde se alojaron.

Mientras, desde su retiro, el ex presidente ha estado estos días en permanente contacto con sus dos letrados principales: Cristóbal Martell y Joan Miquel Rascagneres, dos auténticos «halcones» de la abogacía catalana y andorrana, de potente solidez jurídica y expertos en delicados casos fiscales y económicos. Por sus despachos han pasado apellidos y entidades ilustres de las finanzas de Cataluña. «Son unos bulldogs», dice un veterano magistrado, que ha debido arbitrar algunos de sus procesos. Dentro de su extrema discreción, en sus bufetes la consigna es unánime: Pujol se ha autoinculpado y regulado su situación tributaria. Sin olvidar la ilicitud de las pruebas y prescripción de los posibles delitos.

Fuentes del entorno más cercano a Pujol explican que se limitará a una primera declaración reiterativa de la nota que ya hizo pública. El problema, según admiten fuentes de Convergencia, es que ésta se basaba en el testamento de su padre, Florenci Pujol, base de una herencia destinada a su mujer e hijos, y depositada en Andorra. Éste es el gran punto débil y la clave de la comparecencia. «¿Dónde está ese testamento?, ¿lo aportará el ex president?», se preguntan inquietos dirigentes de Convergencia. Éste será también el eje de las preguntas de la oposición, que reclamarán a Pujol el famoso papel de su progenitor. «Si no lo trae, mala cosa», afirman dirigentes del PSC, el PP y Ciudadanos. Más allá van grupos radicales como Iniciativa o la Cup, que exigirán el testamento del padre de Pujol como primera prueba de su palabra: «Si no lo enseña, quedará como un embustero», aseguran parlamentarios de estos partidos.

Mención aparte es la actitud de CDC y Esquerra Republicana. Aunque oficialmente no se diga, Artur Mas sí tiene conocimiento de la declaración de Pujol a través de intermediarios, y en el seno del partido la intención es «no hacer sangre» de la figura del fundador. Algo que parece también ser la consigna en las filas de ERC, máxime tras la declaración del primogénito de la saga, Jordi Pujol Ferrusola, en la que situaba todos sus pactos económicos bajo la égida del tripartito. Las declaraciones del ex vicepresidente, Josep Lluis Carod-Rovira, sobre el supuesto cinco por ciento de comisiones para el partido, molestaron mucho en el seno convergente. Por ello, parece que Esquerra tampoco irá a degüello. «No se puede debilitar ahora el frente soberanista», opinan dirigentes de ERC.

Así las cosas, todo parece indicar que la comparecencia de Jordi Pujol i Soley será un trámite «de guante blanco», adecuado al formato que él impuso. Es decir, sin preguntas y respuestas individuales, sino sólo en un bloque final que, incluso el ex presidente podría obviar. Todos coinciden en que la fecha del decreto del referéndum, firmado por Artur Mas el próximo sábado, concita toda la atención y deja la declaración del ex presidente en un segundo plano. En medio de fuertes presiones familiares, judiciales y mediáticas, Pujol mantiene su doble intención de alto contenido personal y político: «Proteger a mis hijos y no dañar al partido». Es la frase que el ex presidente de La Generalitat ha trasladado a todos cuantos han hablado con él en estos días, tras el escándalo de su confesión sobre el dinero opaco y las cuentas fuera de España.

La estrategia judicial, liderada por sus prestigiosos abogados, se aborda con un claro objetivo: obtención ilícita de pruebas, autoinculpación y prescripción del delito. Buenos argumentos ya planteados ante el Juzgado de Andorra para paralizar las investigaciones del juez Pablo Ruz, la comisión rogatoria y las pesquisas de la Agencia Tributaria. En este sentido, expertos jurídicos encuadran la última regulación de dinero efectuada por la familia Pujol y recuerdan que el delito fiscal prescribe a los cinco años. En todo caso, añaden, el mazazo político quedará desdibujado por la convocatoria del referéndum y el discurso sentimental de Pujol, para frenar el acoso de Esquerra Republicana y los partidos independentistas.

No obstante, la expectación se centra en qué dirá y cómo lo hará el ex presidente de La Generalitat en su comparecencia parlamentaria. Con una edad avanzada, ochenta y cuatro años, una lesión de oído y fuerte carácter, Jordi Pujol puede ser imprevisible si le provocan. A este respecto, algunos recuerdan cómo dirigentes de la CUP lanzaron un zapato al entonces vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato. «Sería tremendo un linchamiento», reconocen en la cúpula de CDC. La opinión más extendida es que Pujol realizará una comparecencia institucional y cortante. Es decir, que expondrá su versión y se negará a responder a las preguntas. «El principio de defensa es sagrado y nadie puede declarar contra sí mismo», advierten expertos jurídicos penalistas. Lo que no hará en todo caso, es «machacar» al partido que fundó y a quienes tanto encumbró. Lo que sí anida en el fuero interno de su mujer, Marta Ferrusola, y sus hijos, muy enojados con las reacciones de quienes tanto tiempo testuvieron a su lado. El último episodio ha sido la dura carta de su hija Mireia a la dirección de CDC, solicitando su baja del partido que su padre fundó. Una prueba del enojo que subyace en la familia de quien gobernó en Cataluña casi treinta años. Su figura política quedará minada para siempre en esta comparecencia histórica ante el Parlamento de Cataluña. Pero su refugio, y el de los suyos, volverá a ser el victimismo nacionalista. Al final, en el recuerdo de Banca Catalana, toda la culpa es de Madrid.

Media hora para justificar una trama de 34 años

El ex que fue presidente de la Generalitat durante 23 años, Jordi Pujol (CiU), comparecerá hoy por la tarde en el Parlamento catalán para dar explicaciones sobre el dinero que ocultó durante 34 años en el extranjero, cuyo origen está investigando la Justicia, mientras se siguen los pasos de tres de sus hijos, envueltos en casos de presunta corrupción. El jefe de la oposición y líder de ERC, Oriol Junqueras,socio de CiU renunció a asistir a la comparecencia de Pujol y delegó las preguntas a Pujol en la diputada Gemma Calvet, mientras que la presencia ayer de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, no estaba confirmada. Sí que estarán los líderes del PSC, Miquel Iceta; de ICV, Joan Herrera; y de Ciutadans, Albert Rivera.

Una hija de Pujol rompe con CDC

Mireia Pujol Ferrusola, la hija menor del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol, ha enviado una carta a la dirección de CDC en la que solicita darse de baja del partido. Se trata del primer miembro de la familia Pujol que huye de la formación tras la confesión. Según un informe remitido a un juzgado de Barcelona, hecho por Banca Privada de Andorra, fue Mireia Pujol quien sacó más dinero en efectivo de las cuentas, e hizo trece reintegros, con sumas que oscilaban entre los 3.000 y los 20.000 euros. En total, pudo sacar unos 157.000 euros.