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Pujol mantiene ocupada su oficina 23 días después de renunciar a ella
«Estas cosas hay que articularlas, necesitan un mínimo de tiempo. Una oficina no se cierra en 48 horas». Han pasado 23 días desde que Artur Mas se refirió con estas palabras a la renuncia de Jordi Pujol a todas sus atribuciones como ex presidente de la Generalitat, pero el despacho del patriarca de CiU, aunque cerrado, conserva muchas de las pertenencias de su antiguo inquilino. El desmantelamiento no ha concluido y hoy la céntrica oficina de 441 metros cuadrados en Barcelona del ex Molt Honorable en el paseo de Gràcia, 39 –a 400 metros de su otro despacho en el Centro de Estudios Jordi Pujol (en paseo de Gràcia, 8)– es una oficina fantasma.
Fuentes del Govern subrayaron que Pujol «ha renunciado a todas sus atribuciones», pero evitaron precisar en qué momento se producirá el vaciado completo de la oficina del ex president. Cabe recordar que los gastos inmobiliarios de este privilegiado despacho suponen un gasto de 190.000 euros anuales para la Generalitat y que Pujol percibía 86.416 euros anuales –el 60 por ciento de la retribución de Artur Mas– hasta la renuncia efectiva de sus prebendas, que se plasmó tras la reunión del Gobierno catalán del 29 de julio.
Todas estas medidas no han servido como cortafuegos suficiente y Convergència intenta marcar más distancias con el confeso evasor fiscal Jordi Pujol. Ayer, el secretario de Organización de CDC explicó que un miembro de la dirección de Convergència –el coordinador de Comunicación de CDC, Francesc Sánchez– ha comunicado recientemente al ex president que el partido nacionalista es partidario de que comparezca en el Parlament a principios de septiembre para dar explicaciones sobre sus depósitos en Andorra, ocultos durante 34 años.
Según Rull, en la cita entre Sánchez y Pujol se trataron únicamente cuestiones políticas y no se abordó el proceso judicial en el que está inmersa la familia Pujol, que anteayer se querelló en Andorra por vulneración del secreto bancario y presentó un recurso contra la comisión rogatoria de la Audiencia Nacional sobre los fondos de la familia en el principado.
Entretanto, el ex Molt Honorable continúa pasando el mes de agosto en Queralbs, en el Pirineo catalán, y despojándose de los honores recibidos a lo largo de su extensa carrera política. El Ayuntamiento de Barcelona comunicó ayer que Pujol ha devuelto la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona, como le solicitó el alcalde barcelonés, Xavier Trias. Cabe recordar que el PP de Barcelona había advertido de que pediría una reunión de la comisión de presidencia para revocar el acuerdo por el que se le otorgó la distinción si Pujol se resistía.
Este honor le fue concedido en 1992 por su contribución al éxito de los Juegos Olímpicos. La Medalla de Oro de Barcelona, la mayor distinción del Ayuntamiento de Barcelona, tiene carácter vitalicio y le fue impuesta a Pujol en 1996 en un acto solemne por el entonces alcalde Pasqual Maragall (PSC), que en 2003 le relevaría al frente de la Generalitat.
La vía judicial
Andorra quiere colaborar con España
El presidente del Gobierno de Andorra, Antoni Martí, llegará a primeros de septiembre a Madrid con el propósito de evitar un conflicto diplomático con España por el «caso Pujol». Martí se ha reunido con los bancos andorranos en un intento de minimizar las dimensiones del caso. Tanto las entidades como los Pujol trataron de limitar lo defraudado en algo menos de cinco millones. También se intentó que la familia renunciase a interponer su querella. Andorra quiere dar prioridad a colaborar con España. Está en juego el acuerdo con la OCDE que avala su condición de paraíso fiscal.
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