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Rajoy, a las víctimas de ETA: «Esta batalla la ganará la Justicia»

La Razón
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dedicó ayer sus primeras palabras, en la clausura de la Interparlamentaria del Partido Popular, a las víctimas del terrorismo. Era la principal incógnita de su mensaje, si abordaría en él la polémica decisión de la Audiencia Nacional de dejar en la calle a otros nueve etarras en aplicación del fallo de Estrasburgo contra la «doctrina Parot», pero sin esperar ni siquiera a la decisión del Tribunal Supremo del próximo martes. Que en su discurso iba a hablar de economía, de Cataluña y hasta en algún momento del PSOE era una apuesta segura. La pregunta que se hacían en las filas populares era si el presidente se enfrentaría a este delicado asunto, que subleva especialmente a las bases de votantes de su partido, y en qué momento y de qué manera abordaría la impopular decisión de la Audiencia Nacional.

Rajoy optó por tener el gesto de anteponer a las víctimas del terrorismo sobre todas las demás cuestiones que incluyó en su discurso. Y su primer pensamiento al subirse a la tribuna fue para mostrar su apoyo y su solidaridad con todos los familiares de víctimas del terrorismo.

«Momentos difíciles»

Fue escueto, pero contundente, y cuidando, eso sí, de no poner en cuestión directamente la decisión judicial. «Estos son momentos duros y difíciles, sobre todo para las víctimas», sentenció Rajoy, antes de expresar su respaldo a éstas. «Todos estamos más que nunca con ellas. Quiero transmitirles nuestro afecto, nuestro cariño y nuestra solidaridad».

El presidente es consciente del malestar de las víctimas, de la mayoría de sus votantes, y del conjunto de la sociedad española con las consecuencias del fallo de Estrasburgo, pero su margen de maniobra es muy limitado. El Ejecutivo tiene que hacer equilibrios para exteriorizar su «indignación» y su «rechazo» hacia la decisión de la Corte Europea, y en este caso hacia la celeridad de la Audiencia Nacional, sin respetar el criterio de la Fiscalía, sin que se entiendan sus manifestaciones como un desacato de los pronunciamientos judiciales. Ayer, Rajoy solventó este problema con la afirmación de que «tiene la más profunda convicción de que esta partida la va a ganar la Justicia y las personas de bien», algo que, añadió, es un convencimiento «de todos los que estamos aquí», en referencia a todos los delegados del Partido Popular que se encontraban en el acto.

En la reunión que mantuvo en Moncloa con representantes de las víctimas nada más conocerse el fallo del Tribunal de Estrasburgo, en concreto con Ángeles Pedraza y con Mari Mar Blanco, el jefe del Ejecutivo conoció de primera mano el enfado de las víctimas con la situación, su sentimiento de injusticia, e incluso la sensación que existe en una parte de este colectivo de que las instituciones españolas podrían haber hecho algo más para evitar esta «humillación». Más allá de las declaraciones y gestos de apoyo, el Gobierno sostiene que mantiene su compromiso de hacer todo lo que esté a su alcance para que la aplicación del fallo de la Corte Europea se haga atendiendo criterios individuales y se ajuste a los casos que estrictamente sean similares al de la etarra Inés del Río, objeto del recurso que dio lugar al dictamen contrario a la «doctrina Parot» por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Además, y tras conocerse esta resolución judicial, el presidente del Gobierno reiteró su apoyo a la «doctrina Parot», al no dudar de su plena legalidad, ser» plenamente democrática» y estar «avalada por los tribunales». Precisamente, los próximos días 12 y 18 el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, respectivamente, establecerán sus criterios de cómo debe aplicarse el fallo de Estrasburgo a los condenados que vieron alargadas sus penas por la misma.