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Rajoy: «Europa debe ponerse en movimiento. El mundo no espera»
Si algo quedó claro tras la rueda de prensa conjunta de Rajoy y Hollande ayer en París es que España y Francia comparten la misma perplejidad ante la desesperante lentitud con la que Europa está implementando medidas de recuperación económica ya aprobadas en junio de 2012. Estos dos presidentes, que provienen de tradiciones ideológicas antagónicas, coinciden sin ambages en este punto. Mientras la crisis estrangula las posibilidades de crecimiento de las economías gala y española, las instituciones de la UE parecen incapaces de impulsar con decisión una unión bancaria que haga posible la creación de un gran supervisor único que impida que el riesgo de los bancos de cada país se traduzca necesariamente en riesgo para la deuda soberana de los estados miembros.
Tras una exposición de las «dolorosas e impopulares» medidas llevadas a cabo por el Gobierno que dirige y de los primeros frutos que están empezando a producir (equilibrio de la balanza comercial, reducida inflación, mejora de la competitividad), Rajoy hizo valer el peso moral de España como el país que más ha sufrido en esta crisis y el que más reformas ha llevado a cabo, y pidió enérgicamente a las instituciones europeas que cumplan con su parte y, mediante una apuesta decidida por el crecimiento, hagan resurgir el sueño europeo, al que se refirió como «la más hermosa utopía del siglo XX». «Europa debe ponerse en movimiento. El mundo no va a dejar de dar vueltas para esperarnos», afirmó.
En un tono contundente, Rajoy también aprovechó para recordar durante su viaje ayer a la capital francesa que en los rescates aprobados a Irlanda, Grecia, Portugal y Chipre la aportación española ha sido «proporcionalmente mayor que la de los países más ricos» debido a que los costes de financiación de la deuda pública son mucho más caros para España.
La cumbre de ayer entre Rajoy y Hollande se encuadra en el contexto de las reuniones celebradas por Rajoy, a lo largo de este mes de mayo, en Madrid con el primer ministro italiano, Enrico Letta, y su homólogo portugués, Pedro Passos Coelho. España, junto a Francia, Italia y Portugal quiere formar un «frente del sur» unido sin fisuras para cambiarle el paso a la Alemania de Merkel y, de cara al decisivo Consejo Europeo de junio, hacer que la estrategia de la UE para encarar la crisis dé un giro de 180 grados y se centre definitivamente en medidas generadoras de crecimiento. Entre ellas brilla con luz propia, y en esto el acuerdo con Francia es total, el necesario impulso por parte del Banco Europeo de Inversiones (que se ha recapitalizado recientemente) para que el crédito fluya hacia las pymes y las familias.
En este sentido Rajoy aportó propuestas concretas. El presidente español pidió que el fondo de apoyo a pequeñas empresas del BEI se triplique, pasando de 10.000 a 30.000 millones de euros. Y no sólo eso. El BEI, según Rajoy, también debería «garantías de alta calidad sobre las carteras de nuevos préstamos a las pequeñas empresas» para que su capacidad de acceder al crédito en el mercado se fortalezca. Además, también deberá garantizarse através del BEI a nuestras empresas exportadoras para fortalecer su crecimiento en el exterior.
Además del BEI, también el Banco Central Europeo (BCN) fue blanco de las recomendaciones del presidente español. «Con pleno respeto a su independencia, creo firmemente que el BCE puede y debe hacer más por las pymes», afirmó Rajoy.
En clave nacional, al serle preguntado si considera la posibilidad, de no llegarse a un acuerdo, de imponer el criterio del Gobierno en la negociación de los objetivos de déficit autonómicos, Rajoy dijo: «No tengo interés en imponer nada. Al final el sentido común y el consenso se impondrán». Pero, sentenció: «Nuestro compromiso con el déficit lo tenemos que cumplir por encima de todo».
Los jefes de los ejecutivos francés y español hablaron de otros temas, además de la crisis económica; entre ellos, el de lasinfraestructuras ferroviarias de alta velocidad entre los dos países. El Gobierno está muy interesado en que Francia cumpla con su parte y en octubre, tal y como está previsto, se inaugurará la conexión entre las dos capitales. España quiere que el servicio sea ofrecido en ambos sentidos tanto por SNCF como por Renfe, permitiéndose así que trenes AVE españoles cubran el trayecto Madrid-Barcelona-Lyon-París. El objetivo es que Rajoy y Hollande, en la próxima cumbre hispanofrancesa, inauguren el tramo Perpiñán-Barcelona. Por último, también se trató la apuesta de la capital española para albergar los Juegos Olímpicos de 2020. A España le interesa que París no se presente a la carrera olímpica en 2024. Debido a que los continentes rotan en cada cita olímpica, si la capital francesa no se presenta en 2024 no habría impedimento para que el importante Comité Olímpico Francés apoyara la candidatura de Madrid.
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