Rajoy: la Constitución está plenamente vigente y es un ejemplo ante la crisis

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer que la reforma de la Constitución exige, previamente, saber para qué se va a hacer, cuáles son los objetivos, que haya consenso y que sea el momento político oportuno. «¿Se dan esas tres condiciones en estos momentos, presidente?», se le preguntó en una conversación informal en la recepción del Día de la Constitución, que este año se ha celebrado en el Senado por las obras que se realizan en el Congreso. Silencio como respuesta, pero acompañado de una gestualidad rotundamente clarificadora: Rajoy entiende que hoy no se dan los requisitos necesarios para hacer retoques en la Ley Fundamental. A su juicio, es bueno que haya «reglas de juego claras» y un modelo de Estado «definido». Un mensaje que el Gobierno complementa con otros gestos de apoyo al sistema autonómico vigente, pese a sus fallos y disfunciones. «No somos partidarios de centralizar, creemos en este modelo autonómico», comentó fuera de micrófono uno de los ministros del área económica del Ejecutivo.

En relación a la Constitución, la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, apuntó que en la actualidad sólo podría llegar a tener sentido la reforma para la sucesión de la Corona. Pero a Rajoy se le preguntó por este punto, y ni siquiera para ese supuesto avaló la modificación constitucional. El PP coqueteó con ella en la primera Legislatura de Zapatero, en la que el Consejo de Estado llegó a pronunciarse a petición del entonces Gobierno, sin que a ese informe se le llegase a dar más salida que la de guardarlo bajo llave en un cajón. A partir de entonces, los populares han ido distanciándose cada vez más de la posibilidad de «abrir ese melón» por no ver margen para el acuerdo con el PSOE ni «más beneficios que posibles perjuicios».

Antes de verse rodeado varias veces por los periodistas, en demanda de respuestas en un día en el que jefe del Ejecutivo no quería hablar de política ni de Cataluña ni tampoco demasiado de economía, Rajoy oficializó intencionadamente un mensaje en defensa de la Carta Magna, que cumple 34 años empujada por el desafío soberanista de CiU y de las otras formaciones independentistas, por el de la desafección nacionalista en general y por el de la insatisfacción ciudadana por la falta de soluciones para la crisis.

El presidente sostuvo que la Constitución tiene «plena vigencia» y que es «un marco que debemos conservar para los próximos años», después de que haya sido un instrumento fundamental en la etapa de bienestar y de progreso que España ha vivido en democracia. Los «momentos difíciles», como el actual, se superan «trabajando con determinación y coraje». «Saldremos», llegó a proclamar, rotundo, en su conversación informal con la Prensa cuando se le preguntó por la crisis. Rajoy esquivó la pregunta sobre qué piensa de la desairada respuesta de la Gene-ralitat a la reforma educativa presentada por el ministro José Ignacio Wert, en la que se plantean medidas para garantizar un equilibrio «proporcionado» en el conocimiento del catalán y del castellano. Fue evidente que no quería polemizar ni en esto ni en ningún otro asunto. De hecho, en clave económica tampoco fue mucho más locuaz. Sólo explicó que su intención es comparecer en rueda de Prensa el día 28 para hacer balance y plantear las claves del que viene.

Ayer insistió en el mensaje de que el próximo año será difícil porque viene marcado por muchos interrogantes domésticos, por las consecuencias del proceso de desendeudamiento al que tiene que hacer frente nuestra economía y por un contexto de recesión europea «que no ayuda». En cualquier caso, está «absolutamente convencido» de que el año 2013 será mejor que éste en términos económicos y que en 2014 habrá crecimiento y creación de empleo. Igual que se superó la crisis de la Transición, España también saldrá ahora adelante, concluyó. «De la Constitución hay que sacar la lección de que las situaciones difíciles y complejas se pueden superar trabajando con empeño, determinación y coraje», según Mariano Rajoy.