Rajoy rebaja a un ajuste el cambio de Gobierno y apoya a la vicepresidenta

El presidente del Gobierno aconsejó rebajar las "expectativas"sobre los cambios que pueda hacer en el Ejecutivo porque ha asegurado que no va a modificar las políticas y, en consecuencia, ha sugerido que no habrá grandes modificaciones en los nombres.

A medida que se acerca el fin de semana crece la expectación sobre los cambios en el Gobierno dentro de las filas populares. Unos miran al domingo, otros un poco más lejos, dentro de la próxima semana. Y mientras, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se vio ayer obligado a responder otra vez a las preguntas sobre sus planes para revisar su equipo en el Ejecutivo y en el PP después de los resultados autonómicos y municipales en las elecciones del 24 de mayo. Rajoy tuvo ayer que volver a colocarse ante los medios de comunicación para aclarar que conviene rebajar «las expectativas» sobre esos cambios que pueda hacer en su Gabinete. No va a modificar las políticas y, en consecuencia, tampoco cabe esperar grandes modificaciones en los nombres.

Al término de la cumbre UE-Celac el presidente medió de nuevo en el debate para advertir de que los cambios son competencia exclusiva suya. Se le había preguntado por unas declaraciones de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, en las que señalaba que los cambios iban a ser inminentes. La dirigente catalana habló ayer en público de este asunto, pero también lo están haciendo muchos otros dirigentes en privado, dando incluso por hecho cuáles van a ser las decisiones que finalmente adopte el jefe del Ejecutivo.

«Lo único importante es dejar claro que las políticas no se van a cambiar y que, como no se van a cambiar las políticas, pueden sacar las consecuencias que quieran», explicó en Bruselas, informa Efe. Unas palabras que dejan entrever que no habrá una amplia remodelación del Gobierno. Ayer informaba este periódico que en Moncloa apuntaban a un «ajuste» ministerial, aunque sí preven que los cambios en el partido puedan ser más significativos.

A falta de que comunique su decisión, Rajoy añadió otro aviso a navegantes, sobre el que más de uno dentro de su partido se puede sentir aludido. «Que no se genere tanta expectativa. He dicho que no vamos a cambiar las políticas y, a partir de ahí, se pueden sacar algunas conclusiones. Yo, desde luego, las expectativas no las he generado», añadió.

Además de rebajar el alcance de su remodelación ministerial –que tiene como base la necesidad de sustituir a José Ignacio Wert al frente de Educación–, Rajoy también intervino para defender expresamente a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Hay quien dentro del Gobierno, y también del partido, la ha intentado colocar en el centro de la diana dentro de los movimientos soterrados que se están produciendo para influir en las decisiones del jefe del Ejecutivo. Ayer Rajoy le dio su total apoyo. «Que a estas alturas de mi vida me pregunten por la vicepresidenta del Gobierno, que lleva tanto tiempo colaborando conmigo, lo mejor es que no diga nada salvo que es una persona que desempeña su labor francamente bien», explicó.

El presidente insistió en que el objetivo del Gobierno debe ser mantener la recuperación económica y que se siga creando empleo en España después de unos últimos meses que han sido buenos.

Aunque también reconoció que todavía hay mucha gente que no puede trabajar y destacó que su obligación como presidente del Gobierno es seguir trabajando para que se creen puestos de trabajo después de una Legislatura muy dura. «Ahora se trata de conseguir que las reformas sigan produciendo efectos y de que haya cada vez más españoles que puedan trabajar», comentó. Este fin de semana Rajoy terminará de perfilar las decisiones que comunicará en los próximos días.