Gobierno de España

Rajoy reserva para «el último momento» su oferta de Gobierno en coalición

El presidente en funciones y la dirección del PP están convencidos de que cobrará «pleno sentido» justo antes de que se convoquen nuevas elecciones.

Rajoy durante su entrevista con Jordi Évole
Rajoy durante su entrevista con Jordi Évolelarazon

El presidente en funciones y la dirección del PP están convencidos de que cobrará «pleno sentido» justo antes de que se convoquen nuevas elecciones.

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y la dirección del PP están convencidos de que su oferta de gran coalición cobrará «pleno sentido» en el último momento antes de que se convoquen de nuevo elecciones si finalmente, como ellos dan por hecho, no se produce un acuerdo que permita a Pedro Sánchez ser investido como jefe del Ejecutivo.

La estrategia popular se sostiene en la idea de que hacer movimientos durante las próximas semanas no tiene sentido en tanto que el foco esté colocado en la negociación del PSOE con Podemos. Es «aguantar y esperar», con el objetivo de que cuando se apaguen las luces que siguen apuntando a la hipótesis de un Gobierno de Sánchez sea Rajoy el que se quede en el espacio central de la pista bajo el paraguas de la oferta que hizo el día después de las elecciones de diciembre, el pacto entre PP, PSOE y Ciudadanos.

Rajoy se reserva «para el último momento» –explican en su entorno–, para las horas finales de esta legislatura. Y entonces, si se cumple su pronóstico de que no habrá un acuerdo alternativo alrededor de Sánchez, «exhibirá la iniciativa que le reprochan que no ejerza ahora y asumirá el protagonismo que hasta ahora ha dejado al secretario general del PSOE». Éste es el guión con el que trabajan en el PP y en el que sostienen su estrategia para esta recta final antes de que se aclare si al final hay o no Gobierno.

Además, la oferta de coalición será la principal bandera con la que el PP prevé arrancar la campaña electoral. «Aquí ha habido muchos fuegos artificiales. Y lo importante es cómo acabe, no cómo se ha empezado ni cómo algunos han entretenido a la gente durante este tiempo», alegan desde Génova.

Hasta que llegue ese momento, la confirmación del «fracaso» socialista, el PP concentrará sus esfuerzos en el partido, en su propia maquinaria electoral y con las convenciones que les faltan por desarrollar como principal argumento político. El próximo sábado 9, la cúpula popular se citará en Barcelona para presentar su programa de reformas institucionales. Su pretensión inicial era que estas convenciones sirviesen para ocupar espacio en el debate político y mantener viva su oferta de gobierno. Pero, sobre todo, para engrasar electoralmente sus estructuras y para entrenar el discurso de precampaña. Pero hay demasiados elementos en el debate político como para que el ruido externo no limite el alcance de sus propuestas y de su mensaje. Esta semana puede ser decisiva porque por primera vez se sientan juntos PSOE, Podemos y Ciudadanos. Desde Génova alientan la expectativa de que el titular de esa negociación será quién se levanta primero de la mesa. E insisten en que sin el PP no es posible formar gobierno.

Pero esta tesis oficial no impide que crezcan los nervios entre las bases y los cuadros territoriales ante la nueva etapa en la negociación que escenificarán esta semana Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias. La dirección niega cualquier posibilidad de que ese diálogo vaya más allá del «teatro», pero dentro del partido temen que la coartada de echar a Rajoy del poder sirva como único elemento para aglutinar un acuerdo de investidura, con independencia de que luego no pueda dar lugar a un Gobierno viable. Eso o el miedo de Podemos a unas nuevas elecciones.

Rajoy insiste en trasladar un mensaje de tranquilidad, y ésta es la misma instrucción que siguen los demás portavoces de su Gobierno o de la dirección. Génova necesita que el partido se mantenga en calma y sin fisuras para afrontar esta última etapa. Ya bastante tienen con pelear contra la crisis del PP de Valencia y contra una agenda política en la que están sin apenas espacio. A la espera de que Sánchez fracase y pasen ellos a la primera línea, en su mensaje no habrá ningún cambio salvo que al final, y frente a lo que ellos prevén, no haya de nuevo elecciones en junio.