Gobierno de España

Rajoy, seguro de que volverá a ganar en 2015

Pese al contexto adverso, su principal asesor, Pedro Arriola, considera que está a tiempo de parar el golpe y de recuperar la confianza

Rajoy, seguro de que volverá a ganar en 2015
Rajoy, seguro de que volverá a ganar en 2015larazon

Balance en el tercer aniversario de su llegada a Moncloa. Pese al contexto adverso, su principal asesor, Pedro Arriola, considera que está a tiempo de parar el golpe y de recuperar la confianza.

El análisis de los ministros: Cristóbal Montoro, Ana Pastor, Jorge Fernández, Rafael Catalá, Isabel García Tejerina y José Manuel García-Margallo

Tres años de Mariano Rajoy en La Moncloa. Tres años después, el presidente del Gobierno está satisfecho con su balance económico. Lo dice en sus discursos, está obligado a hacerlo, pero lo dice también en la intimidad. Dentro del Gobierno existe el convencimiento de que la mejoría económica dará un importante salto adelante en 2015 hasta superar en positivo todas las previsiones, y confían en que esto sea suficiente como para amortiguar el desgaste que el PP ha acumulado en esta Legislatura. En Moncloa observan con más sosiego que en el partido el panorama político y las elecciones de la próxima primavera. Esto no quiere decir que no sean conscientes de las dificultades y de que pueden perder bastantes mayorías absolutas. Esos comicios se presentan en contra por un doble motivo: el contexto es adverso, pero, además, el PP tiene unas cuotas de poder sin precedentes, lo que hace aún más difícil que no traigan frustración.

No obstante, Rajoy está entre los que creen que todavía están a tiempo de revertir la situación, de corregir el daño de los ajustes y de los incumplimientos del programa electoral y de movilizar a su electorado y de recuperar voto variable, ese voto de menos adscripción ideológica y que en 2011 fue fundamental para la mayoría absoluta. Está entre los más optimistas, como ya lo estuvo cuando España afrontó el riesgo cierto de tener que ir al rescate europeo.

En paralelo, en su partido se llevan las manos a la cabeza y cunde la desesperación por el miedo a las consecuencias de la constatada desafección ciudadana hacia las formaciones mayoritarias. Temen que ya sea demasiado tarde para recuperar la credibilidad en la causa de la regeneración democrática. Y se barruntan que en las autonómicas y municipales recibirán un varapalo que les dejará sin feudos tan simbólicos para sus siglas como el valenciano. Y que esto puede ser el inicio de un camino que lleve a unas elecciones generales de las que salga un escenario prácticamente ingobernable aunque ellos sean el partido más votado.

En Moncloa, sin embargo, relativizan este escenario tan pesimista. Algunos de los asesores de Palacio, entre ellos el sociólogo Pedro Arriola, están más en la tesis de que Rajoy está a tiempo de parar el golpe y de recuperar parte de la confianza ciudadana perdida. Bastaría, según su tesis, con combinar de manera adecuada un giro social a la política y al discurso del Gobierno con las reformas en materia de lucha anticorrupción y con la amenaza del peligro que representa la izquierda radical y su alianza con el PSOE.

A partir de enero el Gobierno aprobará nuevas medidas de tinte social, entre ellas el paquete de apoyo a la familia y a la maternidad, que está ya prácticamente listo y que se manejará en función de la oportunidad política. El nuevo ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, entrará en juego después de las vacaciones para hacer política social. A esto hay que sumar el hecho de que la reforma fiscal empezará a ser una realidad. Y habrá otros guiños puntuales dirigidos a trasladar el mensaje del compromiso con aquellos que más han sufrido los efectos de la crisis, aunque tendrán que someterse al equilibrio que exigen las obligaciones presupuestarias. Aun así, la situación permite más holgura con el gasto público y Rajoy jugará con fuerza esta baza. En su partido dicen que el reto está en ver si son capaces de convencer a los ciudadanos de que el PP es el artífice de un cambio que poco a poco se dejará notar cada vez más en sus bolsillos y en el empleo. Y en poner sordina al «caso Gürtel», a las andanzas del ex tesorero Luis Bárcenas y a otras sombras como las que afectan a la financiación del partido en un momento judicial complicado y a la espera de las nuevas decisiones que adopte el juez Ruz.

Rajoy se presentará en la campaña como el único garante de la estabilidad política y económica y convertirá en una de sus banderas la advertencia sobre los riesgos de dejar el país en manos de la izquierda, de IU y Podemos, pero también del PSOE. En Moncloa también confían en que de aquí a las elecciones seguirá cayéndose «el castillo de naipes» sobre el que se sostiene el ascenso del partido de Pablo Iglesias. «Un año es mucho tiempo en política y la máquina del poder te facilita mucho más las cosas que cuando estás en la oposición», sostiene un alto cargo del Ejecutivo. Esto puede ser así, pero a quienes primero tendrá que convencer el presidente del Gobierno de que todo no está perdido es a algunos de sus dirigentes territoriales. «El partido hay que jugarlo. Y es muy distinto decir lo que vas a votar sin una urna delante que hacerlo cuando tienes una papeleta en la mano con la que vas a decir en quién confías el futuro de las inversiones de España, de la estabilidad de las cuentas públicas o de las pensiones», sentencia uno de los responsables del equipo económico de Rajoy cuando se le pregunta por Podemos. Tranquilidad, venden en Moncloa, incluso a los que desde dentro advierten de que ya es tarde para hacer la política que no se hizo en los tres años anteriores.