El desafío independentista

Rajoy y Sánchez- Camacho reforzarán su papel en Cataluña

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con Alicia Sánchez-Camacho
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con Alicia Sánchez-Camacholarazon

La dirección del PP avaló ayer formalmente de manera unánime la estrategia del Gobierno en relación a Cataluña y la carta de respuesta de Mariano Rajoy al desafío de Artur Mas. Dentro de esta dirección, en la que están sentados representantes del «nuevo PP», como la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y «patas negra», como Jaime Mayor Oreja, hay distintas sensibilidades sobre la contundencia con la que el Gobierno debería responder al problema que plantea Artur Mas. Pero ayer, en la reunión extraordinaria que se celebró en La Moncloa, ninguno de los presentes se desmarcó de lo hecho y dicho, y nadie planteó matices o enmiendas de cara al futuro.

La reunión la presidió Rajoy y duró más de dos horas. En ella participaron todos los miembros del Comité de Dirección: Cospedal; los tres vicesecretarios, Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons; y los tres portavoces parlamentarios, Alfonso Alonso, José Manuel Barreiro y Jaime Mayor.

A puerta cerrada, Rajoy ratificó el «núcleo» de la educada y moderada misiva con la que este fin de semana ha solemnizado por escrito a Artur Mas que no se saldrá de los límites que marcan la Constitución y las leyes vigentes. Y también incidió en su decisión de mantener vigente una oferta de diálogo con la Generalitat, sin fecha de caducidad, pero dentro de la legalidad.

En clave estratégica, una vez ratificado el «no» a ceder en la cuestión de la soberanía y la disposición a centrar la negociación en economía, la cúpula popular entiende que la coyuntura exige reforzar el papel y el discurso de la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho. Y también el del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Por contra, frente a lo que defienden algunas voces próximas al partido, e incluso algunos sectores del mismo, en la cúpula creen que un desembarco de muchos ministros o de muchos dirigentes nacionales en Cataluña sería contraproducente. El liderazgo se lo seguirán dejando a Sánchez-Camacho, respaldada, en todo caso, por el propio Rajoy. En Moncloa trabajan ya en el refuerzo de su agenda catalana, no sólo la privada, sino también la pública.

Además, en Génova no descartan tampoco la posibilidad de llevarse a Cataluña la Convención Nacional,que reunirá al partido en pleno. Rajoy ha retrasado este cónclave, que debería haberse celebrado en octubre, por razones de agenda –tiene una intensa actividad exterior–, pero también por razones puramente de partido. Entiende que para el PP es más rentable electoralmente esperar a que se asienten los signos positivos de la recuperación económica para así poder utilizar la Convención como plataforma de cara a las elecciones europeas de la próxima primavera. La fecha no está cerrada, pero barajan final de año, diciembre, o ya a partir de enero. Y tampoco está decidido su ubicación, aunque entre las posibilidades que manejan está Cataluña.

Ayer, el vicesecretario de Comunicación, Carlos Floriano, volvió a instar a Mas, en nombre de Rajoy, a centrarse en los problemas reales de los catalanes, que pasan por «crear empleo y salir de la crisis». Desde el PP resaltan la disposición de Rajoy a ayudar a Mas a encontrar una salida política y económica. «Si no rectifica, la manifestación que él cree que lidera se lo va a llevar por delante. Hoy por hoy, ERC es el partido más votado y Mas es el principal responsable de que en el horizonte no se vea ningún cambio de tendencia», añaden fuentes de la dirección popular.