Gobierno de España

Rérez Renovales: Un técnico con don de gentes tras la reforma del Estado

Jaime Pérez Renovales, subsecretario de Presidencia . Acumula una extensa experiencia en la Administración Pública

Jaime Pérez Renovales y Soraya Sáenz de Santamaría, su principal valedora
Jaime Pérez Renovales y Soraya Sáenz de Santamaría, su principal valedoralarazon

MADRID- Cuando Soraya Sáenz de Santamaría le llamó en diciembre de 2011 para ofrecerle que se fuera con ella a trabajar en Moncloa, no pidió ni un minuto para pensárselo. Después de haber engordado ya su currículum con una intensa experiencia en la Administración Pública al lado de Rodrigo Rato, cuando éste era vicepresidente del Gobierno de Aznar, Pérez Renovales estaba en un puesto de lujo y con un salario de lujo como para no complicarse la vida y dar por cumplida su vocación de servicio público. Pero a Soraya le dijo que sí, y desde entonces con su trabajo se ha convertido en un apoyo fundamental para la vicepresidenta.

Coordinación

Clave en el caso de la reforma de la Administración Pública. Abogado del Estado, número 2 de la promoción de 1996, afable en el trato, con don de gentes y capacidad de tejer consensos y de formar equipos, él ha sido quien ha dado el soporte a Soraya para coordinar la acción con todos los ministerios y demás partes implicadas en este proyecto. El motor, sin duda, para levantar los cimientos y construir el edificio que esta semana presentó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Moncloa. Su perfil es el de un técnico, que tras un año como abogado del Estado en Barcelon a pasa a ser subdirector de los Servicios Jurídicos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Y desde ahí, crecer y crecer. En noviembre de 1999 ocupa destino de abogado del Estado de la Secretaría de Estado de Economía hasta mayo de 2000, fecha en la que se le nombra responsable de la unidad de Consejo de Ministros en el gabinete del vicepresidente Segundo del Gobierno para Asuntos Económicos y ministro de Economía. Es decir, de Rato.

En 2001 se hace con la dirección de ese gabinete, cargo en el que permanece hasta enero de 2003, cuando pasa a ocupar la Secretaría General del Consejo del Banco Español de Crédito. Seis años después fue nombrado director general del Banco Santander, vicesecretario general y del Consejo y responsable de la Asesoría Jurídica del Grupo Santander. De ahí le «pesca» la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para meterle en su equipo como subsecretario de la Presidencia. Además de presidir la comisión para la reforma de las Administraciones Públicas, también es asistente permanente de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos y secretario de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios.

El pasado viernes, discretamente acudió a la rueda de prensa del Consejo de Ministros para asistir en primera persona a la presentación por parte de la vicepresidenta de la «criatura» en la que ha estado trabajando durante siete meses. Día y casi noches, «viviendo en Moncloa». Dicen allí que es un hombre pausado, que nunca pierde los nervios y que, además, ni siquiera tiene la soberbia de aquel que sabe que sabe mucho. El viernes, cuando ya los focos se habían apagado, con su manera de responder a las dudas que todavía quedaban entre los periodistas apuntó a que lo que dicen de él va bien encaminado. En su forma de gestionar el trabajo se parece tanto a la vicepresidenta que no extraña que ella se haya convertido en su principal valedora. Quienes trabajan con ellos sostienen que los dos le ponen la misma intensidad y una misma ansia por la perfección. «Tanto, que pueden llegar a veces a agotar al que tienen al lado», bromea uno de sus colaboradores.