Rajoy, año II
Rubalcaba dibuja una España de «desigualdad y falta de libertad»
El líder del PSOE desvincula el resultado de las europeas de su decisión de presentarse o no a las primarias
Esther L. Palomera - Madrid
Mucho balance de país y muy poco del PSOE. Alfredo Pérez Rubalcaba rebatió ayer, punto por punto, el dibujo de España que el presidente del Gobierno hizo desde La Moncloa para despedir este aciago 2013 y saludar un 2014 que el Gobierno anuncia prometedor. «Que no se cuelgue medallas ni huya de sus marrones», replicó el secretario general de los socialistas antes de enfatizar que el año que acaba ha sido el de las tres crisis (económica y social, política y territorial) y que, ahora que el Gobierno ha desmontado los derechos sociales y laborales, se centrará en el «recorte de libertades y avances sociales».
Se refería en estos términos a la reforma del aborto y a la ley de seguridad ciudadana, pero también a la de seguridad privada. Con todo, 2013 ha sido, en su opinión, el año «de la desigualdad y la falta de libertad», además del «de Bárcenas»; el del «todo es falso salvo algunas cosas»; en el que Rajoy «mintió al Parlamento»; el de «la contabilidad B»; el de las tensiones entre Cataluña y el resto de España y en el que un juez registró la sede del PP. Una retahíla de críticas y reproches salpicaron la comparecencia de un Rubalcaba que aprovechó además para cargar contra la nueva regulación del aborto, una ley «tan de extrema derecha» que no aprobaría ni Sarkozy en Francia, ni Cameron en Gran Bretaña ni Merkel en Alemania, pero sí un país europeo gobernado por Le Pen. Un texto, añadió, «que a mí, personalmente como español, me avergüenza, que es todo menos progresista y que sólo responde a intereses y deseos muy minoritarios». Incidió en que esta iniciativa se engloba en todo el paquete de reformas emprendidas por el Ejecutivo, ya que comparte denominador común con medidas como la nueva legislación educativa o la de bases de régimen local. Pero si contra algo cargó con especial énfasis fue contra el «modelo socialmente injusto y económicamente ineficaz» de Rajoy, al que reprochó que hablara de recuperación el mismo día que congeló el SMI y subió el recibo de la luz. La desigualdad es, precisamente, uno de los elementos que para el líder del PSOE resume mejor los dos años de Legislatura, porque cuando Rajoy dice que lo peor ha pasado, «¿se refiere a los becarios que han perdido su beca?», «¿a los pensionistas que han perdido su poder adquisitivo?» o «¿a los trabajadores a los que se les ha congelado el SMI?».
El balance, pues, para el PSOE, es «inobjetable: más desempleados, más deuda, más impuestos, menos derechos, más desigualdad y toneladas y toneladas de mentiras». Pese a todo, «quedan dos años, pero la pesadilla acabará», ya que lo que el PP «ha hecho contra todos, lo derogaremos todos en la próximas legislatura».
Si prolijo fue el balance de las políticas del Gobierno, mucho más limitado fue con el que resumió el año de los socialistas. Apenas cinco minutos le dedicó a un 2013 del que su partido sale habiendo librado, como se proponía, la batalla de las ideas, pero dejando para el curso siguiente la batalla del liderazgo. Rubalcaba dijo que al PSOE aún le queda mucho por hacer, mucha confianza por ganar, mucha empatía por recuperar y mucho trabajo para «precisar» sus alternativas, pero evitó hablar de nombres o liderazgo, ya que la Conferencia Política de noviembre alumbró, a su juicio, un camino que habrá que perfilar. Lo dijo de otro modo: no fue el final, sino el principio de un proyecto político que ha de desplegarse en iniciativas parlamentarias, mensajes de oposición y un programa electoral. El primer objetivo: intentar revertir la mayoría en el Parlamento Europeo con las elecciones de mayo. Ahora bien, dejó claro que su decisión sobre si concurrir o no a las primarias «no depende para nada» del resultado de esas elecciones. Queda dicho.
Sin hoja de ruta ni candidato
Tocaba hablar del Gobierno y no del PSOE. Extensas argumentaciones a las preguntas sobre economía y modelo territorial y parcas respuestas para contestar a lo que tuviera que ver con el PSOE. Lo más que dijo Rubalcaba sobre la situación orgánica de su partido fue que no tiene decidido el nombre que encabezará las listas al Parlamento Europeo ni definida tampoco la hoja de ruta que presentará a los barones antes del Comité Federal del próximo 18 de enero. Ese día, el máximo órgano entre congresos tendrá que aprobar, previa propuesta de la dirección, el calendario de las primarias y el reglamento que las regulará. Supuestamente, para ese momento Rubalcaba deberá haber consensuado con los dirigentes territoriales del partido un calendario de primarias compatible con los intereses de la organización en toda España, teniendo en cuenta que en el horizonte hay también unas elecciones municipales y autonómicas.
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