Interior
Sánchez abroncó al director general de la Guardia Civil por los urinarios de Galapagar
Fuentes asociativas escucharon cómo Azón comentó que no podía tolerar que le hubieran llamado la atención por este tema
Fuentes asociativas escucharon cómo Azón comentó que no podía tolerar que le hubieran llamado la atención por este tema.
La polémica del ya conocido como “urinario de Galapagar” que colocó la asociación de guardias civiles UniónGC y que paga con las cuotas de sus afiliados, a 200 euros al mes, generó malestar en La Moncloa: estaba en juego la imagen de uno de sus principales socios de legislatura, el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Esto hizo que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llamara al director general de la Guardia Civil, Félix Azón para abroncarlo, o al menos así lo comentó Azón en presencia de varias personas. Las asociaciones de guardias civiles mantuvieron el pasado 10 de enero una reunión en la Secretaría de Estado de Seguridad para el seguimiento del acuerdo de equiparación salarial. Al término de la reunión el director general se dirigió al responsable de haber colocado el urinario para los agentes que prestan servicio de vigilancia las 24 horas en el chalet de Iglesias y le comentó que no podía tolerar que le hubiese llamado el presidente del Gobierno para echarle la bronca por el tema del urinario, según aseguran fuentes asociativas.
El día que UniónGC colocó el urinario e hicieron pública la situación en la que están prestando servicio los agentes que velan por la seguridad de la familia Montero-Iglesias, el director general de la Guardia Civil telefoneó al secretario general de dicha asociación y le indicó que cómo iban a hacer eso -de colocar un urinario y convocar a los medios- con el recuerdo de que no sea que tuvieran que necesitar del apoyo parlamentario de esta formación. Además, UniónGC habían solicitado una caseta con luz y calefacción, que les prometieron venía “completa” y resultó estar completamente vacía ya que no tenía ni luz ni calefacción. De hecho, necesitaba de un generador para calentar el interior de la “garita”, pero generaba tal ruido que las vecinos de alrededor registraron una queja en el Ayuntamiento; por lo que los agentes que prestan servicio decidieron que no la iban a utilizar. Azón advirtió entonces al responsable de colocar el urinario que sería expedientado por ello.
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