El desafío independentista
Sánchez-Camacho pedirá medidas a Rajoy si se concreta la consulta
Tras observar este fin de semana que Pere Navarro aumentaba cien decibelios el tono de su discurso, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, que pasa por ser el azote de Artur Mas, subió también el volumen de los reproches al plan soberanista, no vaya a ser que el socialista le robe este papel. Sánchez-Camacho fue tan concisa como contundente. Avisó a Mas de que si acaba poniendo fecha y pregunta a la consulta antes de que acabe el año, en cumplimiento del pacto de legislatura que firmaron CiU y ERC, no dudará en pedir al Gobierno que tome «las medidas adecuadas», pues el PP entiende que el referéndum es ilegal y el president de la Generalitat «no es nadie para pretender romper España». No aclaró cuáles son «las medidas adecuadas». Cuando se le preguntó si podrían conllevar la suspensión de la autonomía de Cataluña, se limitó a decir: «He dicho lo que he dicho». Y lo que dijo fue que «el Gobierno está para hacer cumplir la Constitución». En su día, Soraya Sáenz de Santamaría avisó de que lo primero que haría el Gobierno si Mas pone fecha y pregunta sería recurrir la convocatoria ante el Tribunal Constitucional alegando un conflicto de competencias o presentando un recurso de inconstitucionalidad. El objetivo sería obtener la suspensión de la convocatoria, como con el Plan Ibarretxe. La suspensión de la autonomía es una posibilidad que han planteado numerosas voces, aunque supondría un gran desgaste para el PP. El artículo 155 de la Constitución dice que si una comunidad autónoma no cumple las obligaciones que la Constitución le imponga o atenta gravemente contra el interés general de España, el Gobierno podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. Antes de tomar medidas, el PP pide a Mas que abandone la consulta y retome el diálogo.
«Para hablar tienen que querer dos»
Diálogo, diálogo y diálogo. Desde todos los cargos que ocupa el PP, el partido receta a Artur Mas lo mismo: diálogo. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ayer entregó 61 condecoraciones a los 61 agentes que participaron en el dispositivo por la cumbre del Banco Central Europeo y la Cruz al Mérito Policial al guardia urbano de Barcelona que quedó postrado en una silla de ruedas tras recibir una pedrada durante una intervención en un piso «okupado», pidió a Mas que aparque la consulta y dialogue con el Gobierno.
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