Política

Sánchez no irá a la investidura sin apoyos

En manos de Podemos. Moncloa quiere evitar un «sí» gratis de Iglesias en el último momento que les condene a una legislatura de inestabilidad y que devolveria el relato a Podemos

La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, rechazó abiertamente un apoyo gratis de Podemos en la investidura durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros
La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, rechazó abiertamente un apoyo gratis de Podemos en la investidura durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministroslarazon

«Un callejón sin salida». Así definen en Moncloa la eventualidad de que Pablo Iglesias decidiera finalmente favorecer «gratis» –sin pedir nada a cambio– la investidura de Pedro Sánchez. Rechazan –de este modo– la solución al bloqueo, la que evitaría la repetición de elecciones y que dejaría a los morados fuera del Consejo de Ministros. Aparentemente parece una jugada perfecta para Sánchez: revalidaría el poder sin ceder a la coalición que le pide Podemos. Entonces, ¿por qué reniegan en el Gabinete de esta posibilidad? Lo hacen porque creen que sería un regalo envenenado que lastraría la estabilidad de un gobierno de ínfima mayoría, que apenas podría subsistir unos meses antes de caer de nuevo.

Aunque se trate de una posibilidad que ni siquiera hayan deslizado públicamente los morados, en el PSOE temen que sus 42 diputados acaben votando a favor de su candidato sin que medie un compromiso de sostener el proyecto a lo largo de la legislatura y les aboque a tener que negociar cada iniciativa, cada semana, con el consiguiente desgaste que esto supone. En Moncloa, por tanto, asumen que, en este punto, están en manos de Podemos. «De ellos depende que haya gobierno» o elecciones. Unas urnas en las que fuentes gubernamentales creen que podrían no solo ampliar distancias, sino cimentar un estado de situación postelectoral que obligaría a PP y Ciudadanos, que hasta ahora no se han movido, a facilitar que gobierne la fuerza más votada.

«No visualizamos un escenario en el cual se pueda llegar a una investidura sin después una colaboración por parte de las fuerzas políticas. No creo que ninguna fuerza política pueda estar en esa deriva. Pensamos que eso es un cul de sac, un rincón oscuro que no merece ni la ciudadanía, ni las fuerzas políticas ni la política de este país», destacó ayer la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, reconociendo abiertamente el rechazo a esta posibilidad. «No estamos dispuestos a gobernar a cualquier precio», destacan en Moncloa.

Se trataría, además, de la segunda renuncia de los morados, después de que su líder diera un paso atrás en julio para favorecer un primer intento de investidura que resultó fallido. Un movimiento que les otorgaría la victoria –al menos momentánea– en la batalla del relato: favorecer un ejecutivo de izquierdas para evitar el avance de la derecha en unas eventuales nuevas elecciones y sin entrar en un proyecto del que no se les ha hecho partícipes, mientras se mantienen vigilantes desde la oposición. Esta lectura causa recelos en el seno del PSOE y, según fuentes de Podemos, se les habría pedido explícitamente que no avancen en esta dirección.

Sin embargo, los socialistas no pilotan la estrategia de Podemos y si Iglesias en su ronda de consultas con el Rey se muestra dispuesto a apoyar a Sánchez para desbloquear la situación, el líder socialista no podrá sostener su argumento de que no tiene apoyos para declinar someterse a la investidura. Como bien explicitó ayer la portavoz Isabel Celaá, los morados «son los únicos que faltan por subirse al acuerdo», tras la disposición del PNV y ERC a favorecer la investidura. Esta ronda de consultas de Felipe VI se estima para la semana del 16 de septiembre, ya que el monarca ha concentrado sus audiencias con los nuevos presidentes autonómicos (Comunidad de Madrid, Murcia, Aragón y Navarra) para la próxima semana.

El calendario se achica al extremo y desde estas consultas apenas quedaría una semana hasta cumplirse al plazo para la disolución de las Cortes el próximo día 23. Por concretar queda también la futura reunión entre Sánchez e Iglesias, que ayer se «dio por garantizada» por Moncloa, pero que se dilata a la espera de que los equipos negociadores de PSOE y Podemos avancen en la negociación. Una negociación en la que se sigue negando la coalición y se ofrece una «tercera vía» con «fórmulas muy potentes de cooperación» que supondrían pilotar importantes organismos del Estado, pero en ningún caso una cartera ministerial. En este escenario en el Gobierno se abren a «matizar» su oferta y están dispuestos a avanzar en un espacio nuevo, recuperando la confianza perdida.